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Volver a empezar (Herself) (***)

3 diciembre 2020
Volver a empezar

Con los ángeles de la guarda

Sandra es una joven madre que se esfuerza en conseguir un hogar cálido, seguro y feliz donde crezcan sus dos hijas. Decidida a que sus vidas mejoren, y cuando entiende que las instituciones no van a ayudarla, decide que lo levantará desde cero. Utilizará toda su ingenuidad para llevar a cabo su ambicioso plan.

Una madre es maltratada por su esposo y gracias a una clave que combina con su hija mayor consigue que la policía acuda en su auxilio antes de que las autoridades le proporcionen a ella y a sus dos chiquillas un emplazamiento temporal. Mientras espera que le asignen una vivienda, se emplea en limpiar la casa de una mujer para la que trabajaba su madre, fallecida seis meses antes, y un pub cuyo propietario es inflexible.

Sandra, que posibilita una interpretación muy eficiente de Claire Dunne, espera pacientemente la ayuda de las autoridades, pero hay una larga lista de espera. Mientras, se establece en un hotel pagado por la Administración, pero solo en llevar a sus hijas al colegio gasta una media de treinta euros mensuales. Un día ve una información en Internet en la que un arquitecto afirma que se puede construir una vivienda por solo 35.000 euros.

La idea ronda en la cabeza de la protagonista mientras a su mente acuden de forma recurrente los actos del maltratador de Gary, su marido -Ian Lloyd Anderson-, especialmente los del último día de convivencia. Casualmente, la doctora O’Toole -Harriet Walter- se entera de sus intenciones y se decide a ayudarla concediéndole una zona no utilizada de su jardín para que pueda levantar esa casa, que al fin y al cabo es la de sus sueños.

A su paso, Sandra encuentra una serie de benefactores, auténticos ángeles de la guarda que le ayudan en su cometido, comenzando por un constructor -Conleth Hill-, la hija de la doctora, unos vecinos y Rose -Anita Petry-, una madre que lleva a su hija l mismo colegio que las del personaje central, Molly -Molly McCann- y Emma -Ruby Rose O’Hara-.

La vida parecía conceder a Sandra una nueva oportunidad, pero Gary decide denunciarla después de que no le hayan dejado a Molly durante ocho semanas y su hermana mayor muestre una herida en un brazo. La pequeña no quiere quedarse con su padre y Sandra se inventa excusas para que no pase los fines de semana con él. Un hecho que no le facilitará las cosas en el juicio teniendo en cuenta que él ha cumplido escrupulosamente con la pensión alimenticia. Así se lo advierte la asistencia social -Cathy Belton-.

Dirigida por Phyllida Lloyd, que tiene en su haber títulos como Mamma mia! y La dama de hierro, la película mantiene el pulso durante su hora y media larga. No decae en ningún momento, aunque si exceptuamos el trabajo de Dunne, tampoco muestra aspectos superlativos. Es uno de esos trabajos resultones que dejan satisfecho a cualquiera. Su tono es casi siempre feminista y son ellas las que llevan sobre sus hombros el peso de un guion que en ocasiones se muestra bastante condescendiente.

Por momentos se vuelve sensiblera por mucho que podamos adelantarnos a los acontecimientos. La lucha por la potestad de las niñas marca la parte final, cuando el carácter feminista sube de grados. La vida de Sandra y sus hijas pasa por una serie de altibajos, la mayoría previsibles, aunque siempre se saldan con benevolencia y en aras de una mayor satisfacción del espectador.

From → Cine

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