Sweat (**)

El lado oscuro de una influencer

Se centra a lo largo de tres días en la vida de la motivadora de fitness Sylwia Zając, una celebridad en las redes sociales con cientos de miles de followers. Aunque tiene tantos seguidores, está rodeada de empleados fieles y es admirada por sus conocidos, ella busca una intimidad verdadera.

Ganadora en el Festival de Chicago de los premios a la mejor película y a la mejor dirección artística, el sueco Magnus von Horn es el responsable de esta coproducción con Polonia. Él mismo escribió el guion de una propuesta que, en principio, pretenden demostrar que no es oro todo lo que reluce en la vida de una triunfadora en las redes sociales. Decimos pretende porque la historia me deja muchas dudas y no terminamos de encontrar su fortaleza.

Hay un aspecto interesante en la puesta en escena que pasa por un movimiento incesante de la cámara. Desemboca en planos secuencias donde la visión técnica se parece a un ojo humano que va centrando el foco en el punto más interesante. Una concentración visual que a veces desespera, pero que resulta meritoria. No le acompaña, desde nuestro punto de vista, un guion demasiado sencillo en su propuesta, casi minimalista con respecto a lo que se pretende narrar. En principio, la falta de verdadera intimidad de un personaje popular.

Conocemos a Sylwia Zajac –Magdalena Lolesnik- impartiendo una sesión de fitness en un centro comercial de Varsovia ante un nutrido grupo de seguidores. Cada uno de sus actos es refrendado por una actividad frenética en redes sociales. Le acompaña Klaudiusz –Julian Swieszewaki-, cuya participación no está completamente definida. Siente un interés amoroso por la protagonista, aunque da la sensación, según avanza la historia, que es más bien físico que sentimental.

A lo largo de tres días, un fin de semana, vemos las evoluciones de Sylwia en su día a día. Visita a su madre, que festeja su cumpleaños, y ambas muestran sus desencuentros. Posteriormente, se siente acosada por un hombre que está atenta a sus pasos, aparca su vehículo frente a su casa y cuando ella se le acerca para inquirir detalles sobre su presencia, él comienza a satisfacerse con su miembro viril. La mujer se siente acosada y utiliza a Klaudiusz para dar un escarmiento a ese admirador.

Se queja amargamente la triunfadora en redes sociales, con más de medio millón de seguidores, de que las personas como ella tienen su lado oscuro. ¿Es eso todo lo que le acecha o le preocupa? Una mujer sexy en la cima del éxito debe de enfrentarse a situaciones mucho más comprometidas y numerosas que un hombre obsesionado por ella. Esa es la parte que consideramos más endeble. Tampoco se hace hincapié en la ausencia de intimidad que conlleva. Únicamente queda esbozado en los sentimientos de la figura central.

Sin duda, es una pequeña gota en el océano. El acoso que se nos muestra en el film es la punta de un iceberg que no se describe. Simplemente, un grano de arena en un posible desierto inexistente en el que no se da pábilo a ningún espejismo. Tampoco la tirante relación con su madre tiene mayor explicación que un cruce de palabras que, sin un trasfondo anterior, no parecen venir a cuento.

El título de la película responde al nombre del programa de fitness creado por la propia Sylwia para entretener a sus seguidores de cualquier sexo. No hay nada original, puesto que también responde a una APP real que no es otra cosa que una aplicación para que las mujeres practiquen esa disciplina. Si en el plano formal este largometraje muestra valores técnicos a tener en cuenta no encuentran un texto a su altura. Todo queda deshilvanado y sin las oportunas referencias para creernos a pies juntillas lo que nos están contando.