A diente de perro (7,1/10)

Tras una atípica jornada laboral como mozo de almacén, Darío Manzano, un hombre entrado en la treintena, en crisis y sin rumbo, se ve inmerso en una trama que hará que cambie radicalmente su vida y la de su familia.

A carne de lobo, diente de perro. Así reza el refrán y de él se obtiene el título de la ópera prima del alicantino José Luis Estañ, cuyo guion fue escrito en colaboración con su intérprete principal, el también debutante Miguel Ángel Puro, y el director de fotografía Iván Émery. Se estrenó oficialmente en el Festival de Cine de Sevilla, donde se fue de vacío pese a la acumulación de una serie de méritos que le hacían acreedora a figurar en el palmarés. Algo habrá visto la productora de Rodrigo Sorogoyen para respaldarla.

Tras una atípica jornada laboral como mozo de almacén, Darío Manzano se encuentra con un grave problema. Sus colegas han dado un golpe a los capos de la droga para quienes trabajan. La acción afecta directamente al protagonista, que recibe una buena paliza acompañada de la amenaza que se cierne sobre su mujer y su hija en caso de que no se restituya lo robado en un breve espacio de tiempo. Los problemas se le amontonan, porque no puede culminar el acto sexual con una compañera de trabajo y sospecha que su esposa le engaña con un conocido.

Golpes inesperados.

Esa relación con ambas mujeres queda un tanto oscurecida en una propuesta donde se presta mayor atención al lenguaje audiovisual que a las posibles elipsis erráticas de la historia. Para ello, Estañ se centra en una propuesta vertiginosa que, acompañada de la corta duración del film, mantiene en vilo al espectador desde el arranque al último fotograma. Su Darío entra en una espiral descendente que desemboca en un accidente automovilístico. El resultado es un ictus que afecta a unos recuerdos que tendrá que ordenar de manera paulatina.

A ese hombre treintañero le llueven golpes por todos los lados, los físicos y los de la vida. Los mafiosos tampoco olvidan, y a medida que el protagonista se recupera en todos los sentidos, regresan las amenazas que implican también a su hermano, uno de los responsables del incidente que desencadenó los hechos. Aunque no desea meterse en un poco de violencia que puede culminar en acciones trágicas, todo alrededor del personaje central le invita a tomar decisiones drásticas con la intención de pasar página y, de paso, aliviar a su familia.

Estañ opta por una película más bien oscura, que apenas ofrece momentos para la distensión. El clímax es suficiente para adornar una historia que, en líneas general, no se caracteriza por su originalidad. Es su efectivo montaje lo que más nos atrae, así como un envoltorio que supera con creces el resto de los apartados técnicos. Con buen sentido, opta por no mostrar paisajes atractivos o acudir a una ciudad con sus propios latidos. Se ubica en un polígono industrial, más propio de lo que se cuenta, donde el actor principal y el director se mueven con soltura.

Fecha de estreno: 1 de julio de 2022 (75 minutos).