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Vaiana (Moana) (***)

18 diciembre 2016

Hace dos milenios, la princesa Vaiana Waialiki se hace a la mar en busca de nuevos horizontes cuando en su isla escasean los peces y se pudren los frutos de la tierra. De esta forma encontrará al semidiós Maui, junto al que tratará de reponer el corazón de Te Fiti, una isla diosa que emergió al principio de los tiempos, cuando sólo había océano.

La apuesta de Disney para las Navidades de 2016 presenta una serie de novedades. La primera, es que por primera vez en su historia, la multinacional presenta dos largometrajes de calado el mismo año -la otra fue Zootrópolis-; la segunda es que su protagonista es una dinámica y emprendedora joven de la Polinesia, algo inédito en anteriores producciones. Vaiana es un encanto, con sus grandes ojos negros, su larga cabellera y sus facciones meticulosamente estudiadas, como suele ser norma de la casa.

Otro punto curioso es el nombre. Moana, que significa océano es maorí, no pudo ser utilizado en diversos países europeos debido a que ya hay registros comerciales con ese nombre. En concreto, por lo que se refiere a España, la empresa de perfumes Casa Margot S.A tiene Moana Bouquet como uno de sus productos. Viana, el nombre dado en casi todo el Viejo Continente a la película y a su protagonista, quiere decir agua procedente de la cueva. En concreto, se trata de una nueva princesa Disney, aunque sin corona. Un film de animación por ordenador, que también se presenta en versión tridimensional.

Todo comienza al principio de los tiempos, cuando sólo había océano. Entonces emergió la isla diosa Te Fiti, cuyo corazón, una pequeña piedra, poseía el donde crear vida y elevar nuevas ínsulas. Lógicamente, un presente de esa naturaleza pronto fue la codicia de muchos monstruos marinos hasta que el semidiós Maui se hizo con el corazón para dárselo a los hombres como regalo. Al retirar la piedra, Te Fiti se sumió en la oscuridad y Maui fue atacado por el demonio Te Ka, a consecuencia de lo cual, el presente se perdió en el océano junto con su anzuelo mágico.

Veinte siglos atrás, en la isla Motunui, al sur del Pacífico, encontramos a Vaiana Waialiki, hija y heredera del jefe Tui. Su vida es idílica y tienen cuanto pueden soñar sin traspasar el arrecife. Un día, sin embargo, comenzó a escasear la pesca y a pudrirse la cosecha. Como quiera que Vaiana fue la elegida por el océano para recibir el corazón mientras recogía conchas en la orilla, su deseo es navegar más allá de lo permitido para llegar a otras tierras y recuperar la normalidad de su gente. Su abuela Tala le muestra una cueva que atestigua las navegaciones pretéritas de sus antepasados y le entrega el corazón de Te Fiti antes de que, en su lecho de muerte, le inste a hacerse a la mar.

Comienzan entonces las aventuras de la protagonista, que se encontrará con Maui y tendrá a Te Ka como su enemigo más acérrimo. Aparecerán monstruos y sufrirá diversos reveses, al tiempo que le acecharán otros peligros, fundamentalmente debido a la presencia de piratas pigmeos. Se muestra el respeto y el haber bebido en las fuentes de la mitología de los Mares del Sur en una puesta en escena colorista, como corresponde al paisaje en que se centra. La propuesta de Ron Clements y John Musker, responsables de títulos como La sirenita, o Aladdin, es eminentemente brillante, e incluso se permiten en los créditos finales un guiño a la historia de Ariel, cuando Tamatoa, un cangrejo de coco gigante se pregunta si la gente se preocuparía más de él si fuese de Jamaica y se llamara Sebastian.

Aparte de los habituales personajes que acompañan a la protagonista, entre los que destaca el pollo Heihei, lo mejor de esta propuesta hay que buscarla en la música. La historia va más enfocada al público infantil que al adulto, colectivo que se interesará a tirones por lo que sucede en la pantalla. Pero todos ellos se deleitarán con la partitura y las canciones de Opetaia Foa’i, Mark Mancina y Lin-Manuel Miranda, especialmente How Far I’ll Go, de la que es responsable este último. Los ritmos sonoros, apoyados en la percusión, de la Polinesia resultan resplandecientes.

From → Cine

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