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Train to Busan (***)

2 enero 2017

Train to Busan: Zombis en manada

Un virus se extiende por Corea del Sur y llega a afectar a los pasajeros de uno de los trenes KTX que cubren el trayecto desde Seúl a Busan, viéndose obligados a luchar por su supervivencia. La plaga es global y los viajeros, a falta de comunicación oficial, dudan de que puedan sobrevivir al llegar a su destino.

Si una película de zombis desfila por la sección oficial del Festival de Cannes es que acumula méritos interesantes. Realmente, así es. Yeon Sang-ho, un reputado cineasta en el terreno de animación para adultos ha firmado una ópera prima que, a pesar de mostrar las referencias más habituales del género, mezcla con altas dosis de calidad la aventura, el drama y el terror junto a una puesta en escena de gran valor artístico.

Un transportista atropella a un animal al inicio del film. Aparentemente, el bicho está muerto, pero cuando la camioneta se aleja, da un respingo, se recupera y muestra sus ojos en blanco. ¿Tal vez el paciente cero? En adelante, la historia se vuelve coral, aunque el protagonismo se decanta en favor de un gestor de fondos divorciado llamado Seok-woo -Gong Yoo-, un hombre que sólo piensa en su trabajo y desatiende a su hija Soo-an -Kim Su-an-, que desea como regalo de cumpleaños visitar a su madre, que vive en Busan. A regañadientes, el padre acepta viajar no sin antes ordenar las ventas de los activos de su empresa ante una serie de índices nada halagüeños.

Seok-woo sólo se preocupa de sí mismo. Incluso, arrincona a Sang-hwa -Ma Dong-seok- y su esposa embarazada, Sung Kyung -Jung Yu-mi-. Los cuatro se cuentan entre los pasajeros de un tren al que llegan noticias de violentos sucesos que se producen en todo el país. A uno de los vagones asciende una joven que muestra una herida en una pierna, aparentemente consecuencia de una mordedura. Tras desmayarse, se convierte en zombi e inicia una sacudida de terror en la que los viajeros han de aferrarse en una lucha sin cuartel por sobrevivir. Por el convoy se extiende la infección, pero fuera el panorama no es menos alentador.

Junto a los personajes descritos, nos encontramos con otros que también asumen su particular protagonismo. Los estudiantes Youn-gook y Jin-hee pertenecen a la disciplina de un equipo de fútbol americano en el que él es la estrella y ella una animadora; Yong Suk es un alto directivo que muestra constantemente su egoísmo; mientras que In-gil y Jong-gil son dos hermanas de avanzada edad que se necesitan mutuamente. Además, emergen las figuras del asistente del tren, Ki-chul, y la de un vagabundo que alcanza a subir in extremis.

Las hordas de zombis son tremendas. Al nivel de Guerra Mundial Z, y las posibilidades de supervivencia parecen prácticamente nulas. Yeon Sang-ho muestra su gran nivel con primeros planos, una acción trepidante y un montaje de altura. Un auténtico frenesí de emociones que, a lo largo de dos horas de duración apenas permite que nos relajemos, especialmente en sus primeros sesenta minutos. Impera la claustrofobia, respaldada por interpretaciones coherentes, y a cada secuencia sucede otra inesperada y conllevando un riesgo igual o superior a la anterior. El pulso es frenético y viajamos de su mano a toda velocidad, como corresponde a un acreditado responsable de filmes animados. Incluido, Seoul Station, un largometraje que podríamos entender como precuela de Train to Busan o que, al menos, presenta idénticos sucesos desde dos puntos de vista distintos. En este caso, prima lo que acontece en la estación.

Uno de los puntos fuertes de esta producción respecto a otras del mismo género es que nos explica de manera convincente como se extiende la epidemia. Quizá esté mejor dicho, cómo viaja. Pero no es el único, ya que su autor ofrece retratos certeros de algunos de los puntos más significativos de nuestra sociedad sin que por ello la película pierda un ápice de ritmo o que la historia central sufra algún que otro parón. Esa circunstancia narrativa es muy difícil de lograr. Muy pocas veces, una comedia mantiene el pulso cuando sus protagonistas sufren los reveses lógicos de la acción, o los filmes de terror continúan por la línea de sobresaltos en el momento en que sale a flote el interior de sus personajes. Por lo que respecta a este largometraje, la prueba ha sido superada con matrícula de honor.

From → Cine

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