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Toni Erdmann (****1/2)

19 enero 2017

Cuando el padre de Inés le pregunta si es feliz la vida de esta ejecutiva alemana que trabaja en Bucarest y sueña con asentarse en Singapur, comienza girar sobre su eje. Su progenitor es un divorciado estrafalario, aficionado a bromas absurdas que, cuando decide pasar las vacaciones junto a su hija, se inventa el personaje que da título al film.

Cuando te encuentras con una película que dura más de ciento sesenta minutos piensas en una epopeya. En una de esas historias río protagonizada por varias generaciones de una familia o acontecimientos históricos narrados con meticulosidad y precisión. Sin embargo, Toni Erdmann es lo que menos te esperas. Se centra en la felicidad a través de la visión de un padre y su hija de muy diferente condición intelectual y social. Se trata de una obra de autor, la tercera en la filmografía de la alemana Maren Ade, que no deja de acaparar premios internacionales; entre ellos, el de Círculos de Críticos de Nueva York, la candidatura a los Globos de Oro y los cuatro principales galardones de Cine Europeo, aunque alguno de ellos pudiera discutirse a tenor de sus rivales.

Winfried Conradi –Peter Simonischek-es un tipo muy peculiar, tanto en su aspecto físico como en su comportamiento. Deja claras sus señas de identidad al comienzo del film, cuando recibe un paquete por correo y en el momento en que uno de sus alumnos de piano le dice que no va a continuar con las clases. Le gusta disfrazarse y siempre lleva consigo unos dientes postizos que se los pone y se los quita a voluntad. Divorciado, y con su hija trabajando en Bucarest, su única compañía es Willy, un perro mayor y ciego. Cuando el animal muere, decide plantarse en Bucarest, donde trabaja Inés –Sandrá Huller-.

Cuando le pregunta a ella si es feliz algo comenzará a cambiar en la vida de esta ejecutiva que sueña con ascender en su empresa e instalarse en Singapur. Para ello, bajo la supervisión de Gerald –Thomas Loibl-, deberá presentar un proyecto que seduzca al empresario Henneberg –Michael Winttenborn-. Inés trabaja en una compañía que plantea ciertas externalizaciones de otras para asumir los despidos pertinentes y cargar con las culpas. Anca –Ingrid Bisu- es su mano derecha y Tatjana –Hadewych Minis- y Steph –Lucy Russell-. Otro ejecutivo, Tim –Trystan Pütter- es su amante aplicado.

Su padre supera el listón de lo excéntrico, y su presencia en Bucarest hace que Inés se sienta incómoda en primera instancia, y que incluso la avergüence. Pero el rubio Wilfried se convierte en moreno, se coloca los dientes postizos y crea un personaje, Toni Erdmann, que para unos es el asistente personal del ex tenista y actual empresario Jon Tiriac, y para otros es el embajador alemán. Es plenamente consciente de sus actos, pero cualquiera diría que se trata de desvaríos. Genio y figura que conserva durante todo el metraje, con algunos altibajos en el centro, cuando la película va a tirones. Sin embargo, la primera hora y la última son, en sí, dos pequeñas joyas que se convierten en una enorme delicia.

La interpretación de Peter Simonischek es de las mejores vistas en 2016. Acostumbrados a roles secundarios, este austríaco ha experimentado el reconocimiento masivo a sus setenta años y con una fisonomía que se aparta radicalmente de lo visto hasta ahora en la pantalla. Luce tanto como su personaje y cuando su imaginación no vuela el film se resiente, a excepción de una de las secuencias de desnudos más agradecidas de la historia del séptimo arte. Llega al final, cuando Inés convoca a invita a su casa por su cumpleaños y, al tener problemas con la cremallera de su vestido, convierte el acto en una fiesta nudista.

El guion está muy por encima de una puesta en escena tirando a plana, poco espectacular y nada llamativa. De ahí que los galardones cosechados por Maren Ade como directora haya que ponerlos en entredicho. Al igual que el cosechado en el Cine Europeo por Sandra Huller. Su trabajo es bueno, pero se queda por debajo del mostrado en Elle por Isabelle Huppert. Todo lo contrario a lo que sucede con Peter Simonischek. Su trabajo es indiscutible.

From → Cine

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