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Redención (Southpaw) (**1/2)

24 marzo 2017

Un boxeador en la cumbre de su carrera ve como su vida se desmorona cuando su esposa fallece a causa de una bala accidental y le es retirada la custodia de su hija en favor de los servicios sociales. Tras ser embargadas sus posesiones intenta recuperar su vida anterior.

Nueva película centrada en el mundo del boxeo que recoge muchos de los clichés del género pero que ofrece tres cuestiones diferenciadas. La primera, el homenaje que se le rinde a James Horner, fallecido en un accidente de aviación el 22 de junio de 2015, cuando no había cumplido todavía 62 años, y al que se dedica esta producción. Esta fue una de las tres composiciones póstumas del autor de la música de Titanic. Las otras dos hacen referencia a la buena dirección de Antoine Fuqua y a la interesante interpretación de Jake Gyllenhaal.

Originariamente, el proyecto estaba preparado para Eminem, puesto que el argumento del film está basado en su historia, pero finalmente el rapero declinó su participación como protagonista para dedicarse a su música. Entonces aparecieron Fuqua, antes de que acometiera el remake de Los siete magníficos y el propio Gyllenhaal. El resultado fue una recaudación superior a los noventa millones de dólares para un desembolso que no superó los veinticinco.

Fuqua consigue unas imágenes distintas a las vistas anteriormente sobre un cuadrilátero. Mezcla lo convencional con acciones en primera persona, tanto desde el punto de vista del que golpea como del que recibe el impacto. Hay momentos en que parece que somos protagonistas de un videojuego. También nos muestra a una Rachel McAdams mucho más sensual, dando vida a Maureen, la esposa del campeón de los pesos semipesados Billy The Great Hope, que presenta un récord de 42 victorias por ninguna derrota. Ambos salieron de la zona neoyorquina conocida como La cocina del infierno y están juntos desde que tenían doce años.

La última defensa del título, su combate número 43 como profesional, le dejó secuelas a Billy. Es un púgil que apenas sabe defenderse pero que, cuerpo a cuerpo, espera su momento para tumbar al adversario gracias a la dinamita de sus puños. Su ojo izquierdo ha quedado muy dañado, Maureen le pide que deje su carrera ahora que está en lo más alto y su pequeña hija Leila –Oona Laurence- le cuenta más heridas que en anteriores enfrentamientos. Sin embargo, Billy está en bancarrota debido a sus gastos suntuosos, que incluyen una gran mansión, automóviles de lujo, ropa cara y un colegio exclusivo para Leila. Debe aceptar la propuesta que le pasa su representante, Jordan Red –Curtis 50 Cent- para disputar diez combates a razón de diez millones de dólares cada uno.

Pero un acto benéfico, Maureen muere a raíz de un disparo efectuado por uno de los seguidores de Miguel Magic Escobar –Miguel Gómez-, después de enzarzarse en una pelea cuando el colombiano le advirtió al campeón que le iba a arrebatar el título y también a su esposa. Tras quedarse viudo, la bebida y las drogas se convirtieron en la válvula de escape de Billy, que pierde el título antes de agredir al árbitro de la pelea. Inhabilitado, desahuciado, sin ninguna de sus posesiones y con Leyla entregada a los servicios sociales por entender el juez que no es apto para su custodia, no le queda más remedio que empezar de nuevo si quiere recuperar a su hija, que ahora está al recaudo de Angela Rivera –Naomi Harris- y honrar el recuerdo de su esposa. Un viejo preparador, Titus Tick Wills, le ofrece trabajo como guarda nocturno de su gimnasio y le permite utilizar sus instalaciones antes de que acepte convertirse en su entrenador con la mente puesta en el combate frente a Miguel Escobar, cuyos designios lleva ahora un Jordan Red cambiado de bando.

La cinta sigue las directrices de las habituales historias de boxeo desarrolladas en la pantalla. En cierto modo, Billy Hope es un Rocky Balboa que triunfa desde el primer momento, aunque pase luego por vicisitudes semejantes. Por otra parte, una producción sobre pugilismo no puede evadirse de las lógicas secuencias de entrenamientos, el duelo cara a cara en el ring y de la parafernalia habitual del tema. El guion introduce frases que intentan ser categóricas, como cuando Maureen le dice a su marido que en el momento que pierda el entorchado mundial los que le rodean huirán como cucarachas. Fuqua aporta unas imágenes dramáticas del boxeador y su soledad en el vestuario, tanto antes como después del combate. Son detalles que elevan el tono del film aunque no lo suficiente para convertirlo en clásico.

From → Cine

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