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I Am not a Serial Killer (**)

13 junio 2017

Un adolescente está obsesionado por los asesinos en serie. Incluso, se siente uno de ellos en potencia y para evitarlo cumple una serie de estrictas normas. Cuando en el pueblo se suceden una serie de crímenes que tienen un denominador común, el protagonista empleará todos sus conocimientos para desenmascarar al asesino.

De Irlanda nos llega la película que triunfó en la sección Panorama del último Festival de Sitges. Su responsable, Billy O’Brien, que ya dirigió anteriormente dos largometrajes relacionados con el género de terror, se basó en el texto literario de Dan Wells, cuyos tres libros publicados con el protagonismo de su personaje estrella, John Wayne Cleaver, están traducidos al español. La cualidad más importante de su personalidad es que se trata de un potencial asesino en serie. Cumple los requisitos fundamentales para catalogarlo como tal, aunque se aplica en mantener una serie de reglas que le eviten caer en lo que el futuro le aguarda. Pero una cosa son las previsiones y otra lo que realmente desee el ser humano.

Las dudas de John  Wayne Cleaver –Max Records- pasan por la posibilidad de precipitarse al lado oscuro. Cuando tiene inclinaciones asesinas, suele solventarlas con sentido del humor. Recibe sesiones de terapia a cargo del doctor Grant Neblin –Karl Geary-, y ante la ausencia de la figura paterna ha sido criado por su madre –April Cleaver- y su tía Margaret –Christina Baldwin-. La familia regenta una funeraria y él suele colaborar en las tareas de embalsamiento de los cuerpos que llegan a la morgue.

John es un muchacho servicial, que ayuda puntualmente a un matrimonio vecino compuesto por el octogenario Mr. Crowley –Christopher Lloyd, la gran estrella de esta función- y su esposa Kay –Dee Noah-. Incluso ayuda a bañar al varón y les limpia la nieve del frente de su casa puesto que la historia se desarrolla durante el fío invierno del Medio oeste norteamericano, desde Halloween hasta las Navidades. Contribuye de esta forma al distanciamiento del relato, que busca los tonos cromáticos más fríos, ya que incluso cuando se muestran cuerpos mutilados o sus vísceras no transmiten una sensación tan estremecedora como si para esas imágenes se hubiera optado por una paleta alejada de los colores azules o grises.

El protagonista es un verdadero erudito en todos lo relacionado con los crímenes y los asesinos en serie. Tiene un amigo más próximo desde hace tres años, Max –Raymond Brandstrom-, y hay una muchacha –Lucy Lawton- que parece sentir algo más por él. Cuando se acumulan diversos asesinatos que responden a un denominador común, como es la ausencia de alguna víscera y manchas de un líquido negro en los alrededores de la víctima, John se preocupa  de desenmascarar al autor de los actos macabros aun con el riesgo de caer en lo que teme, de abrazar definitivamente su otro yo, el de un hombre sediento de sangre.

La propuesta inicial resulta suficientemente atractiva. La personalidad del personaje central es, hasta cierto punto, muy novedosa. Todo apunta a que se trata de un asesino en serie, pero que lucha con todas sus fuerzas contra su destino. Es como ese vampiro que sabe que su maldición le perseguirá eternamente, que jamás morirá. Esas buenas intenciones se desvanecen cuando, hacia la mitad de la proyección, se descubre la identidad del asesino. Además, no es un hombre, es eso. Algo que no mantiene el nivel en la resolución con respecto a la intriga que se busca a lo largo de todo el metraje que, a pesar de los 104 minutos, resulta exagerado.

El obstáculo es que no se han desarrollado convenientemente las subhistorias que propicia el argumento. Seguramente, en el original literario haya más dedicación a estos aspectos. No resulta así en el caso de la película, que deja aspectos sin desarrollar, especialmente la relación de John con Max y su amiga, así como una serie de personajes adultos que exigen un estudio más detenido. La puesta en escena de Billy O’Brien es muy superior al desarrollo de un guion que se debilita conforme al paso de los minutos.

From → Cine

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