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Prevenge (**)

9 julio 2017

Una mujer en avanzado estado de gestación escucha la voz de su hija neonata que le da instrucciones para que lleve a cabo diversos asesinatos. De esta forma, va dejando cadáveres en su camino con la mente puesta en un suceso trágico que tuvo lugar con anterioridad.

Después de haber intervenido en varias producciones que mezclan el terror con la ironía, y de protagonizar Turistas, en cuyo guion también tuvo una parte activa, Alice Lowe ha escrito, dirigido e interpretado su primer largo. Rodado en los alrededores de Cardiff en apenas dos semanas, forma parte de ese subgénero sin grandes pretensiones y muchas veces atractivo que combina el slasher con la comedia, aun buscando el entretenimiento en base a elementos rebuscados o llevados al límite.

Lowe utilizó su embarazo, estaba de siete meses cuando se rodó el film, para encarnar a Ruth, una mujer en estado de buena esperanza que en un acantilado recuerda un suceso trágico. Sabremos más adelante que allí falleció el padre de su futura hija. Practicando escalada, sus compañeros de aventura cometieron una imprudencia y ahora ella no tiene dudas en ejecutar su particular venganza. Se cree que el ser que lleva en su vientre es el que le aconseja, u ordena, matar. En realidad, es ella misma, en su estado más esquizofrénico quien lleva a cabo los asesinatos convirtiéndose en una asesina en serie.

La historia es descarnada y en su desarrollo está desprovista de aditamentos. La policía no aparece, y las imágenes se centran únicamente en las andanzas de un personaje que le valió a su responsable diversos premios o nominaciones dentro del género, incluidas la candidatura al mejor director novel en los British Independent Film Awards y una mención especial en Sitges. Alice Lowe se luce como intérprete, se muestra interesante como guionista e irregular como directora. No hay grandes transgresiones en la puesta en escena, pero muestra algunas concesiones y ciertas lagunas achacables a la inexperiencia. La naturaleza independiente de la producción y su escaso presupuesto imponen suficientes barreras como para que el resultado final, siendo atractivo, albergue algunas inconsistencias.

El inicio, que lleva al primer asesinato, contentará a los fieles del género. Muestra serpientes, arañas venenosas y otros bichitos que a la mayoría les puede causar repugnancia. Cuando piensas que el guion va a discurrir por ciertos derroteros, se produce el primer ataque a la yugular para convertirse en el punto de partida en el que se centra la propuesta. Entre los excesos, el personaje central llega a cortar el miembro viril de otra de las víctimas mediante un certero tajo. Esas mismas desproporciones son las que desembocan en situaciones de comedia. Momentos disparatados que resultan chocantes pero que están muy bien controlados, por lo que encajan perfectamente en el contenido.

Hay que tomar la película tanto en broma como en serio para poder disfrutar de ella en toda su extensión. Una cinta pequeña que, gracias a su humor negro, consigue que la rabia provoque situaciones impensables. Además, el conjunto se enseñorea de una situación que para sí quisieran todos los padres. El deseo de un mundo mejor cuando nazca el bebé. Es lo que desea Ruth, aunque para ello, en su locura, se lleve por delante de forma literal a todo aquel que considera indeseable. Lo hace sin pensar las consecuencias y de la forma más trágica y rápida posible. Una navaja en su bolso puede ser suficiente si se acierta con el objetivo. Y ella no yerra los golpes.

From → Cine

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