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El hombre del corazón de hierro (The Man with the Iron Heart[) (**1/2)

10 julio 2017

La resistencia checa en Gran Bretaña prepara un golpe ambicioso: la Operación Antropide, que consiste en atentar contra Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo e impulsor de la llamada Solución Final. Dos militares preparan minuciosamente el plan, que será perpetrado en las calles de la ciudad a plena luz del día.

La Operación Antropoide es una de las más llamativas efectuadas por la resistencia durante el apogeo del III Reich. Se llevó a cabo en Praga y tenía como objetivo Reinhard Heydrich, tercero en el escalafón del nazismo, jefe de la Gestapo, representante de Hitler en Checoslovaquia y arquitecto de la llamada Solución Final para el exterminio de los judíos. Con el nombre de la operación llevada a cabo en Praga, el británico Sean Ellis nos presentó hace pocos meses un film en el que se relataban los hechos con una parte final muy sugestiva. Ahora es el marsellés Cédric Jiménez quien ha adaptado la novela de Laurent Binet en la que se recogen todas las circunstancias que rodearon al suceso y culminaron en Ia iglesia de los Santos Cirilo y Merodio.

La cinta se divide en dos partes que no se entremezclan para derivar en una tercera conjunta. En la primera asistimos a la ascensión de Heydrich –Jason Clarke- , apodado por Hitler como El hombre del corazón de hierro, conocido también por El carnicero de Praga, hijo de un compositor de ópera y de una madre católica. Por sus devaneos amorosos fue expulsado con deshonor de la Marina, pero Lina – Rosamund Pike- su futura esposa, seguidora a ultranza de las doctrinas del Führer, le instó a entrar en las SS donde, bajo la tutela de Heinrich Himmler –Steohen Graham-, destacó de inmediato por su labor contra los enemigos del régimen. Sus métodos y crueldad fueron en aumento hasta llegar al tercer puesto del escalafón. Posteriormente fue designado protector del Protectorado de Bohemia y Moravia, actual República Checa, donde su aureola siniestra se fue agrandando.

En Escocia, la resistencia checa decide tomar medidas y prepara un plan para asesinar a Heydrich. Dos militares, los sargentos Jan Kubis –Jack O’Connell- y Josef Gabcik –Jack Reynor- se lanzan en paracaídas la noche del 28 de diciembre de 1941 a veinte kilómetros de la capital para ser recogidos por distintas familias de Praga. Tras estudiar minuciosamente los hábitos de su objetivo, llevaron a cabo el atentado la mañana del 27 de mayo de 1942 a la entrada de la ciudad. Los dos militares contaron con el apoyo de Josef Valcik –Tom Wright-, miembro de la resistencia.

Tras dejar malherido a Heydrich, que en su lecho de muestre entregó a Himmler las líneas maestras de la Solución Final, los tres atacantes consiguieron huir, lo que provocó la reacción de los invasores. En busca de pistas, fusilaron a todos los varones de las poblaciones limítrofes, mientras que a las mujeres y a los niños los deportaron a campos de trabo. Finalmente, agobiado por tanta crueldad, uno de los implicados, Karek Curda, confesó ante Karl Hermann Frank –Barry Atsma- la ubicación de los huidos, que se encontraban en la iglesia de los Santos Cirilio y Merodio, teniendo lugar una nueva carnicería. En el ataque destacó la inundación de la cripta por parte de las SS, quedando para la posteridad como uno de los hechos relevantes de Praga durante la Segunda Guerra Mundial, aunque muy por debajo del exterminio llevado a cabo.

La historia es conocida y Cédric Jiménez, lejos de entremezclar las acciones, ajuntándose a la unidad de tiempo, las disocia. La primera parte es mucho más sugestiva, especialmente cuando aparece en escena Rosamund Pike que, al fin y al cabo, es la que mantiene en tono más alto la función frente al acartonamiento de su compañero de reparto. La segunda parte, centrada en los miembros de la resistencia resulta mucho más plana, mientras que el desenlace apenas puede suportar la comparación con la cinta de Ellis.

La crueldad e insensibilidad de Heydrich, que también la demostrará con su esposa,  permiten imágenes de gran dureza, algunas de las cuales no llegan a calar del todo en el espectador porque su responsable no busca un dramatismo total. Quizá, consciente del propio horror que estaba relatando. A cambio, se entretiene demasiado en las secuencias amorosas. Mucho más justificado en el caso de Lina, pero demasiado precipitado y poco convincente cuando emerge la figura de Anna Novak –Mia Wasikowska- como amante de uno de los sargentos checos.

Otra de las novedades que ofrece esta adaptación, que no aprovecha los exteriores de la ciudad de Praga ni se vuelca en las identificaciones de los judíos, es la inquina mutua entre el protagonista germano y los denominados Tres Reyes, grupo de la resistencia que tenía a Václav Morávek –Gilles Lellouche- como cabeza visible. Para Heydrich era el hombre más buscado junto con los dos paracaidistas llegados de las Islas Británicas. La partitura de Guillaume Roussel es efectiva y la ambientación muy cuidada, destacando un buen vestuario y los terrenos áridos de una Alemania que se iba a pique antes de la ascensión del nazismo. Lástima que se hayan volcado tanto en los decorados dejando al margen las posibilidades que ofrecen los escenarios naturales de la capital checa.

From → Cine

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