Tom of Finland (***)

Touko Laaksonen fue el creador de una estética homoerótica distinguible por los hombres con bigote y gorra y traje de cuero. Esta producción es un biopic de ese autor finlandés que encontró la popularidad de forma tardía gracias a un editor estadounidense que, desde California, irradió su arte por todo el mundo, hasta cnvertirlo en referente.

Quiero pensar que el estreno de esta producción finlandesa, dirigida por Dome Karukoski, en cuya carrera ha atacado diversos géneros, incluida la comedia con El gruñón -2014-, ha llegado tarde, puesto que su estreno tiene lugar días después del World Pride Madrid 2017. De cualquier forma, puede aprovechar sus rescoldos, ya que se trata de un biopic acerca de uno de los artistas más reconocibles dentro de la cultura abiertamente gay. Su obra ha sido reconocida por el MOMA de Nueva York e incluso su país natal le dedicó una tirada de sellos conmemorativos.

Encontramos a Touko Laaksonen –Pekka Strang- en sus años jóvenes, buscando clandestinamente encuentros ocasionales por parques, lugares de citas o retirados en una época en la que la homosexualidad estaba terminante prohibida y fuertemente castigada. Utilizaba sus dibujos eróticos protagonizados por hombres para identificar su condición hasta que llegó la guerra con Rusia y, posteriormente, la II Guerra Mundial, donde varios sucesos condicionaron su vida.

Posteriormente, trabajando como ilustrador en la misma empresa que su hermana Kaija –Jessica Grabowsky- toma como amante a un apuesto bailarín llamado Veli –Lauri Tilkanen-, al tiempo que envía sus dibujos, casi siempre a pluma y en blanco y negro, a diversas publicaciones con el pseudónimo de Tom of Finland. Se trata de hombres musculosos, sexualmente bien dotados, de mandíbula cuadrada y que lucen bigote y se enfundan en vestimentas de cuero negro. Doug –Seumas G. Sargent-, un editor californiano le invita a viajar a la Costa Oeste en un período de libertad que sorprende a Touko. Ahí arranca su popularidad gracias a la exhibición destacada de sus dibujos.

Karukoski se encuentra con un guion irregular, que define las líneas maestras de su personaje en secuencias significativas, pero se deja llevar por los tópicos más evidentes del biopic en otras fases, que él tampoco acierta a superar. Muestra un evidente interés por ilustrar el argumento con una fotografía exquisita en su paleta de colores y que Lasse Frank Johannessen trabaja con mimo. Touko mostraba una personalidad muy intimista, influida por diversos pasajes de su vida. No cabe duda de que los episodios bélicos le marcaron mucho, especialmente la rudeza de la vida castrense, pero sobre todo su encuentro con un paracaidista ruso, cuya muerte no pudo alejar nunca de su mente. En el film, además, se le hace partícipe en ese episodio de su ideal de belleza. El desarrollo de la epidemia del sida también le influyó ne4gativamente, auto inculpándose en cierto modo.

Sus dibujos, protagonizados por tipos rudos, apuestos y bien dotados, especialmente marineros, policía, vaqueros o motoristas, llevó a la diseñadora de vestuario, Anna Vilppunen a volcarse en aspectos lederones, u hombres vestidos de cuero. Glenn Hughes, de Village People podría ser el modelo perfecto. De esta forma, con un buen aspecto formal y algunas lagunas en el desarrollo, con secuencias gratuitas o detalles innecesarios que podrían haber aligerado la propuesta, el film sirve para acercar a la figura de Tom of Finland al gran público, más allá del estricto círculo LGTB.

Ni el director ni el intérprete principal, que cumple una actuación más que creíble, escatiman esfuerzos para mostrarnos el mundo gay sin tapujos. Ya sea por dibujos, o mediante acciones más o menos subidas de tono, hay momentos que pueden herir la susceptibilidad del espectador. La película se encuadra dentro del cine militante. En ese aspecto, probablemente, llegue a quedarse a tres cuartos del camino. Puede haber heterosexuales que se indignen por algunas secuencias descarnadas, que a los integrantes del colectivo gay les parecerán demasiados tiernas. Al mismo tiempo, propone un canto a la libertad. Parte de la represión en Finlandia a comienzos de los años cuarenta hasta desembocar en los aires de libertinaje que se muestran en California tres décadas después.