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La mejor receta (Dough) (**)

14 noviembre 2017

Un viejo panadero judío se esfuerza por mantener su negocio ante la competencia de las grandes superficies. Un nuevo empleado entra a prueba, se trata de un chico negro musulmán que trapichea con drogas y que, en breve espacio de tiempo, multiplica la clientela sin que el dueño acierte a comprender los motivos.

Son las cuatro de la madrugada. Como cada día, Nat Dayan –Jonathan Pryce- se levanta para acudir a su panadería del este de Londres, amasar y hornear sus panes y sus pasteles. El negocio lo fundó su padre pero su hijo no tiene idéntica vocación y ha optado por el camino de la abogacía. Para colmo, sus clientes se han ido muriendo o se mudan de lugar por motivos de edad. Además, sufre el acoso de una gran superficie situada en el mismo edificio, regentada por San Cotton –Philip Davis-, que se ha llevado al ayudante del panadero judío para ofrecer en su establecimiento comida kosher.

Los planes de Cotton son hacerse con todo el edificio para construir un gran aparcamiento, y tiene prácticamente convencida a la propietaria del inmueble, Joanna Silvermann –Pauline Collins-, para efectuar la transacción. Solo falta el escollo de Nat Dayan, que no quiere desprenderse de su negocio por motivos sentimentales aunque ofrezca pérdidas. Su postura alimenta la inseguridad de Joanna, quien se muestra muy cercana a su inquilino desde que se quedó viuda.

También a las cuatro de la madrugada encontramos a Ayyash Habimana –Jerome Holder-, un inmigrante árabe y de color que se encuentra con dos amigos en una discoteca cuando son perseguidos por la policía al ser sospechosos de consumir o vender droga. En realidad, Ayyash quiere pasar marihuana y conseguir dinero para mudarse de casa, la que comparte con su madre Safa –Natasha Gordon-, ya que la actual se cae debido a las goteras. El camello que debiera proveerle, Victor Gerrard –Ian Hart- no quiere que trabaje para él puesto que el chico no tiene otra ocupación y sería sospechoso que, sin remuneración aparente, dispusiera de dinero para gastar.

Los dos personajes centrales se encuentran definitivamente cuando Safa, que limpia la panadería, le implora a Nat que haga una prueba a su hijo. Después de varios días, la primera vez que el chico tiene permiso para hacer el pan, accidentalmente se le cae una bolsa de droga en la amasadora, lo que provoca un incremento de la clientela. De hecho, ésta ya se había multiplicado porque Ayyash vendía, sin saberlo su jefe, bolsitas de estupefacientes acompañadas del pan a los usuarios más jóvenes.

Con una mínima trama de intriga y una disculpa romántica, este film de John Goldschmidt, se centra en las relaciones a priori imposibles entre un musulmán y un judío, acudiendo a chistes y chascarrillos sobre ellos, sin que en ningún momento llegue la propuesta al nivel de carcajada. De sobra sabemos que ambos personajes están condenados a entenderse. Los conflictos que surgen entre ambos se superan con facilidad. Se hace buena la frase del panadero: Tienes un buen corazón, chico, sigue creyendo que los seres humanos son buenos.

Todo en esta producción es amable, incluidas las noches de cine de Nat Dayan con su mejor amigo, en las que siempre repiten Cantando bajo la lluvia –Singin’in the Rain 1952-, la preferida del empresario, y Dos hombres y un destino –Butch Cassidy and The Sundance Kid, 1969-. El dramatismo que se genera se dulcifica con dos antagonistas sin apenas relevancia y se fía el contenido a la diferencia generacional y religiosa. Evoca a otros filmes, entre los que sobresale Intocable –Intouchables, 2011-, aunque se queda lejos de su efervescencia e, incluso, de su nivel de producción.

En La mejor receta la inversión es mínima y los exteriores se reducen en lo posible. El carácter intimista se vuelve casi minimalista, favorecida por un ritmo lento que no se rebela ante una puesta en escena segura y creíble. Buena parte de culpa de la visión agradable la tiene un actor tan sólido como Jonathan Pryce. Hace creíble la película y entona sus frases con la seguridad de un anciano que sabe lo que tiene que decir en cada momento y el tono que debe usarse. Consigue hacer entrañable un proyecto poco original que, sin él y la afortunada dirección escénica de Goldschmidt, estaría condenado a la indiferencia.

From → Cine

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