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Wonder (***)

29 noviembre 2017

Todo el mundo es bueno

August nació con una deformidad que le obligó a pasar por el quirófano 27 veces. Ahora se enfrenta a su primer día de colegio y por sus características especiales, el director comprometió a tres alumnos de diferente condición para que ejercieran de guía. La adaptación del chaval se antoja difícil a pesar del cariño de sus seres más cercanos.

La novela de R. J. Palacio en la que se basa esta historia –Wonder. La lección de August, editorial Nube de Tinta- se convirtió de inmediato en un éxito de ventas. Para su adaptación cinematográfica se escogió al responsable de Las ventajas de ser un marginadoThe Perks of Being a Walflower, 2012), Stephen Chbosky, que en aquella ocasión también había adaptado una propuesta literaria, pero en ese caso era suya. Con este nuevo trabajo ha tenido que hacer frente a una historia melodramática con final mucho más feliz que la suya y la ha llevado a término de forma natural, sin caer en un exceso de sensiblería ni tocando a propósito las fibras emocionales más sensibles.

El chaval de La habitación, Jacob Tremblay es quien da vida a August Auggie Pullman, un muchacho de diez años que nació con una deformidad que le obligó a pasar por el quirófano 27 veces. Así pudo respirar, ver y oír, pero su rosto ha quedado marcado y se ve más próximo al de un pequeño hombre elefante que al de un niño de diez años. Por eso cuando le preguntarán más adelante si no ha pensado en la cirugía estética, él confiesa que su rostro actual es gracias a ella.

Sus padres, Isabel –Julia Roberts- y Nate –Owen Wilson- miman a este chico inteligente que, hasta el momento, ha recibido clases de su progenitora. Su hermana mayor, Via –Izabela Vidovic-, siempre ha estado cerca de él. En realidad, su madre aporta el sacrificio, incluso haber aparcado su tesis para cuidarle; su padre propone la alegría; y su hermana el cariño. Ahora llega el momento de ir al colegio. Un paso muy importante porque Auggie es diferente. No se quita un casco de astronauta y cuando va sin él lleva la cabeza baja y mira al suelo. Puede distinguir a cada persona por sus zapatos en una curiosidad muy poco explotada en el film.

La propuesta se divide en cuatro partes tras una breve introducción. Se supone que cada una de ellas atañe a un personaje en concreto, pero lo que hace es continuar el hilo conductor deteniéndose más o menos en quien da título al capítulo. De todas formas, no nos engañemos, el rey de la función es Auggie ya que, como dirá uno de sus futuros amigos, te acabas acostumbrando a su cara. Para cualquier espectador será difícil no encariñarse con este personaje, lleno de dulzura, comprensión e inteligencia.

Si la primera entrega es para el protagonista, la segunda es para su hermana Via, que se encuentra con el rechazo de quien fuera su mejor amiga, Miranda –Danielle Tose Russell-, pero se topa con Justin –Nadji Jeter-, un muchacho de color que se convertirá en su novio. La tercera fase es para Jack Will, el primer y único amigo de Auggie hasta que un mal entendido les aleja para que Summer –Millie Davis- ocupe su lugar. Noah Jupe, que interpreta al muchacho es una de las estrellas de la cartelera actual, ya que es el niño protagonista de Suburbicon, el último trabajo de George Clooney.

Jack Will es uno de los tres muchachos designados por el entrañable y justo director del centro –Mandy Patinkin- para que ayuden al protagonista. Otro de ellos, Julian –Bryce Gheisar- se convertirá en antagonista. Será por quien Auggie sufra más en el colegio. Por fin, la cuarta entrega se centra en Miranda, quien comprende lo injusta que ha sido con Via y alejándose del hermano de ella. Es un colofón para que la familia Pullman al completo se distinga y se proclamen sus cualidades. La resultante de una obra emotiva en la que todos son muy buenos, y los que no lo son llegan a convertirse.

Lo decimos porque la historia es bastante predecible, principalmente en lo que atañe a los personajes centrales. La bondad y el compañerismo se elevarán junto al cariño cobre el resto de sentimientos. Para los chavales deberá marcarles el camino a seguir, mientras que a sus mayores les ayudará a recordar su época infantil en el colegio al tiempo que provocará un deseo de cercanía con sus hijos. En aras de ello, la dirección es más deficiente de lo que cabría esperar aunque la propuesta en su conjunto llega con facilidad al patio de butacas. El protagonista es adorable y el resto de personajes más buenos que el pan. El reparto ayuda. Julia Roberts marca el camino y se adhieren secundarios de lujo, como Sonia Braga.

From → Cine

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