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Sombra (Shadow – Ying) (***1/2)

16 May 2019

Esa ciudad es para mi

Un rey ambicioso y déspota está enojado porque una ciudad que pertenecía a sus dominios está gobernada por un general que se hizo con ella en un duelo. Se apoya en su comandante, que ni siquiera es quien parece. Se trata de un doble -sombra- que le suplanta mientras se repone de sus heridas en combate.

Desde que en 1987 sorprendió en Berlín con Sorgo rojo el cineasta chino Zhang Yimou se convirtió en uno de los referentes de su generación. Nos legó algunos trabajos memorables en una primera etapa marcada por una propuesta crítica con el estado que dio paso, andando el tiempo, a unas obras en las que primaba el uso de las artes marciales por encima de los relatos íntimos. Particularmente, preferimos al Yimou de ¡Vivir! que al de La casa de las dagas voladoras, mientras que sus coproducciones comerciales se han saldado con títulos muy aceptables –Las flores de la guerra– y un ejemplo para olvidar: La gran muralla.

Esta producción combina sus dos estilos más característicos, aunque conservando en todo momento una espléndida caligrafía visual en la que tiene mucho que ver su director de fotografía, Xiaoding Xao. Desde el inicio se pone de relieve una meticulosa puesta en escena, atractiva y sorprendente, cuyo influjo se extenderá durante todo el metraje. El autor utiliza una apropiada escala de grises que tornan al color cuando muestra los rostros y el cuerpo de sus actores.  Igual sucede con la aparición de la sangre, que la hay por doquier una vez que se inician las escaramuzas.

Podríamos dividir esta propuesta en tres partes, de las cuales la segunda es la que emerge sobre las demás y supone un mayor interés en su conjunto. El arranque presenta a los personajes entre interiores divididos por puertas y biombos en los que nos podemos extasiar por su inteligencia. El rey Liang Pei -Zhang Kai- se muestra contrariado porque una de sus ciudades próximas que pertenecía a su reino se encuentra dominada por el general Yang -Hu Jun- después de ganar dicha posesión en un duelo.

El comandante de Pei, Yu Zi -Deng Chao- ha retado en otro duelo a Yang por el control de la ciudad. Estima que sus posibilidades de victoria no pasan de un treinta por ciento, lo que le sirve de referencia al monarca para montar otra estratagema: ofrecer a su hermana como esposa del hijo del general. La respuesta no puede ser más desfavorable ya que la mujer en cuestión sería una más de las concubinas del supuesto marido. El enfrentamiento está preparado y los dos líderes se aprestan a la lucha.

El primer tercio del filme es para presentar a los personajes. Puede resultar farragoso para buena parte del público. Mucho diálogo y bastantes ideas y venidas en un conjunto excesivo. Destacan la dirección artística y la puesta en escena de Yimou, debilitadas en parte por la verborrea. Antes de la primera imagen se hace hincapié en lo que representa una Sombra. Se trata de un doble utilizado por los personajes de cierta alcurnia para, entre otras cosas, evitar los pasajes de mayor peligro. Naturalmente, estamos hablando del protagonista, y no es otro que el comandante. Tiene su propio doble, llamado Jing Zhou, que fue educado para el puesto desde niño y es quien le suplanta mientras se recupera secretamente de las heridas sufridas en el primer duelo con Yang.

El núcleo central es de un valor artístico incuestionable. Los enfrentamientos brillan en todo su esplendor y forman parte la antología cinematográfica de Yimou. La plasticidad de las coreografías, los encuadres y la calidad de la fotografía se unen a unos hallazgos visuales sorprendentes, como la utilización de los paraguas como arma bélica. Entramos aquí en otra consideración. El ying y el yang es una constante en este largometraje. Con él, la parte masculina y femenina. Hay un equilibrio evidente en este sentido. También en las batallas, Si las armas convencionales se pueden tildar de machistas, los paraguas requieren movimientos contrarios. Y qué decir cuando se utilizan como toboganes. Incluso, las acciones guerreras tienen su contrapunto con la situación amorosa de la mujer de Yu Zi, quien empieza a sentir atracción por su Sombra.

La tercera parte es la menos atractiva. El nivel baja muchos enteros y eso implica que la película no deje tan buen sabor de boca. La propuesta sufre un parón, como si un caballo al galope fuese frenado en seco. Eso no excluye que nos encontremos con un largometraje que nos remite a la vieja escuela sin hacer de menos cualquier modernidad, ya sea en los tecnicismos o en la composición. Hay ortodoxia y también hallazgos. En conjunto, puede que no alcance para situarse entre las obras cumbre de Yimou. Sin embargo, su arranque y su núcleo central sí que lo consiguen.

From → Cine

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