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La ceniza es el blanco más puro (Jiang hu er nv ) (***)

28 mayo 2019

Ella toma el control

La historia comienza con el siglo. Una joven está enamorada del cabecilla de la mafia local, y en el transcurso de una reyerta, ella dispara al aire para defender a su amado. Condenada a cinco años de reclusión, cuando recupera la libertad va en busca del hombre por el que suspira, pero éste la rechaza.

Si nos remitimos a su resumen, hablar de este filme es referirse a un melodrama de encuentros y desencuentros amorosos protagonizados por Bin, el cabecilla de una banda local, y su novia, Quiao. Ella se auto inculpa ante la policía por esgrimir un arma no registrada y tras sufrir cinco años de condena regresa para buscar al hombre que ama, pero él la rehúsa porque, entre otras cosas, tienen una nueva amante. Quiao se pone al frente de un jianghu, secta o sociedad ilegal que mantiene su propia ética a rajatabla, hasta que Bin regresa a buscarla cuando su salud está absolutamente deteriorada a causa del alcohol.

Lo dicho. La apariencia es totalmente de melodrama. Los componentes de una pareja que aman y sufren, que se acercan al mismo tiempo que se separan, que sufre cada uno a su manera el vacío que experimenta cuando falta el otro. Pero hay mucho más. Está claro que Jia Zhang Ke es un cineasta con la suficiente experiencia y tanto prestigio que no podía quedarse en la superficialidad de su propuesta.

Generalmente preocupado en su cinematografía por diseccionar las relaciones de pareja, también suele dividir sus guiones en tres partes muy diferenciadas al tiempo que muestra una notoria preocupación por la violencia cada vez más patente en su país. Tres aspectos que podemos encontrar en este largometraje, que muestra a las claras el sello de su autor. Planos alargados, a veces en demasía. Asienta la cámara y captura más que nada el silencio de sus personajes. Uno puede asistir a la última frase de uno de los que aparece en el celuloide, irse a por un refresco y regresar a la butaca en el momento en que el interlocutor correspondiente replica las palabras anteriores.

El talento de Zhang es palpable y también la búsqueda de nuevos recursos y su deseo de innovar. Las tres fases en las que se divide su propuesta, que abarcan un total de dieciocho años, están rodadas mediante sistemas técnicos diferentes. Esa rutina, que para muchos pudiera ser motivo de dejadez, impuesta por el ritmo pausado, se mitiga con la potente escenografía. Cambia también el color en cada fragmento y así se llega a un núcleo central done alcanza su cénit.

Se ubica en la parte central, cuando Quiao va a reencontrarse con Bin una vez que ha salido de la cárcel. Estuvo encerrada por defender a su amado, salvajemente golpeado por un grupo hostil. De esta forma llega la zona de la presa de las Tres Gargantas, donde el río Yangtzé puede albergar en sus aguas cruceros de gran capacidad. Zhang aboga por ofrecernos un país muy diferente al que conocemos a través del cine. De inicio, nos presenta algo similar a una huelga por el cierre de una factoría que afecta fundamentalmente al padre de la protagonista. Se pone en evidencia el consumismo que ahora se advierte en China, la necesidad del dinero, pero también el turismo, los bailes de salón y  otras circunstancias propias de un mundo más capitalista.

La cinta se centra en los dos personajes principales. Bin –Fan Liao- ejerce su gansterismo y hace honor al código de los jianghu. Un colega le pide que intervenga porque hay quien va diciendo que las edificaciones que ha construido están embrujadas. Promete ayudarle por mucho que los acontecimientos no se lo permitan. Cuando Quiao entra en prisión rehace su vida con otra mujer, desprecia a su antigua amante y luego volverá a ella, postrado en una silla de ruedas a causa del exceso de ingesta de alcohol.

Quiao –Tao Zhao- es una bailarina que toma las riendas después de adoptar decisiones extremas. La esposa del director, que también es su musa, había dejado detalles de su clase como actriz con anterioridad, pero en este caso cuando alcanza un nivel superlativo, a la altura de las mejores divas de la actualidad. Su papel es complejo, pero ella ejerce el control en todas las facetas, la de su personaje y la de su actuación. No entendemos como en Cannes se fue de vacío porque es muy difícil encontrar un trabajo de tantos quilates como éste.

From → Cine

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