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El bosque maldito (The Hole in the Ground) (**)

26 junio 2019

Tú no eres mi hijo

El hijo de Sarah desaparece una noche en el bosque, pero cuando vuelve su comportamiento comienza a ser cada vez más errático. Tras descubrir que ese niño no es su verdadero hijo, la mujer busca soluciones en el interior de la foresta, donde se encuentra un gran agujero en la tierra.

El terror llama de nuevo a nuestra puerta. A vista de helicóptero, un automóvil se desplaza por una carretera solitaria. No habrá laberintos, como sucedía en El resplandor, ni recuerdos del pasado. Se cambian por situaciones inesperadas provocadas por lo que pueda haber o ser en un agujero en medio del extenso bosque al que van a vivir Sarah O’Neill -Seána Kerslake- y su hijo Chris -James Quinn Markey- dejando atrás su anterior existencia. Posiblemente, víctima de malos tratos, aunque ella no quiera hablar de un posible marido o un compañero. Como si nunca hubiese existido.

Antes de acceder a su nuevo hogar, tienen un incidente en la calzada y se encuentran con una mujer encapuchada y de rostro arrugado que no dice ni palabra. Recuerda a la chica de la curva, pero nos situamos en una recta, lo que echa por tierra tal suposición. En una cena con la dueña del establecimiento en el que trabaja Sarah y otros familiares se cuenta la historia de Walkie-Talkie, llamada realmente Noreen -Kati Outinen- quien consideraba que su hijo no era realmente el suyo y, tras un efímero paso por un manicomio, terminó atropellándolo con el auto de Des Brady -James Cosmo-, esposo de la mencionada aparición.

Una noche el pequeño Chris se interna en el bosque. A partir de ese momento manifiesta un comportamiento errático. En un posterior encuentro con Noreen, ella insiste en que el chaval no es realmente el hijo de Sarah. Poco después encuentran el cuerpo sin vida de la mujer con la cabeza enterrada en la tierra. Las dudas en Sarah van en aumento hasta que le dice a la cara a Chris que no es fruto de su carne, frase que repite en varias ocasiones. Si hasta ese momento el terror propuesto entraba de lleno en el terreno de lo psicológico, ahora se encamina hacia el horror y la supervivencia.

El irlandés Lee Cronin debuta en solitario con este largometraje del que es coautor del guion. Su fuerza reside especialmente en sus dos personajes centrales, la banda sonora de Stephen McKeon y la fotografía de tonos grisáceos y tirando a oscura de Tom Comeford. El chico elegido para encarnar el mal ejerce una influencia casi hipnótica en el espectador. A sus apariciones le acompaña el miedo sin necesidad de que empuje mesas o lance cuerpos a distancia. Cuando eso ocurre, Cronin se muestra comedido, sin ensañarse. La partitura se aleja casi siempre de los golpes de efecto y se aproxima a un personaje en sí misma. No precisa de estridencias o salidas de tono para cumplir su propósito.

Hay bastante convencionalismo en esta propuesta, que apenas ofrece novedades en el guion. Sin embargo, estás llevada con exquisito esmero hasta el punto de que se nos puede olvidar que esas situaciones ya las hemos visto con anterioridad en el celuloide y en distintas y variadas versiones. En cierto modo, la cinta es una amalgama de referentes cinematográficos que tienen su continuación en filmes como Señales o It. Todo mezclado, el resultado es este largometraje se nos antoja como si de un ensayo literario se tratase, aunque trasplantado a la pantalla grande.

El desenlace toma derroteros distintos. El agujero en medio del bosque parece cobrar vida y dentro de él se plantea una solución menos satisfactoria. Rompiendo el esquema que llevaba hasta entonces, la historia deriva por derroteros sobrenaturales y alienígenas. El terror psicológico que nos envolvía da paso a una historia escasamente arriesgada que intenta encajar todas las piezas por el camino más fácil. Se rompe el magnetismo existente hasta entonces para contentar a los amantes del género por la vía menos exigente. Atrás queda el imponente rostro del chaval protagonista y los desengaños filiales de su madre para adentrarse en una conclusión gratuita cuyos efectos visuales no se muestran a la altura del resto.

From → Cine

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