Diego Maradona (***)

Se le fue la mano

Documental sobre la vida profesional de Diego Armando Maradona, uno de los mejores futbolistas de la historia. Elaborado a partir de quinientas horas de metraje con mucho material inédito, nos aproxima al éxito del deportista y a su descenso a los infiernos como persona.

En 1982 el diario vespertino Informaciones publicaba una exclusiva firmada por quien esto escribe en la que hacía referencia al impuesto extraordinario que pensaba cobrar el Ministerio de Hacienda español al Fútbol Club Barcelona por su desembolso de 1.200 millones de pesetas para conseguir el fichaje de Diego Armando Maradona, el más alto pagado por un futbolista hasta la fecha. Ese hecho no está recogido en el documental de Asif Kapadia, ganador del Oscar de Hollywood por su trabajo sobre Amy Winehouse.

Tampoco la expulsión del virtuoso del balompié del Mundial de Estados Unidos, en 1994, por su positivo por cocaína. Ni su desintoxicación en Cuba, ni tampoco se mencionan sus problemas de salud por el exceso de peso o sus desaires a los medios informativos. Kapadia se remonta a Villa Fiorito, una de las zonas más pobres de Buenos Aires. De niño ya le encontramos dando toques al balón para formar parte del plantel de Argentinos Juniors antes de recalar en Boca Juniors, donde dio el salto al estrellato.

El documental pasa de puntillas por el paso de Maradona en el Fútbol Club Barcelona, con el que no ganó ninguna Liga en sus dos temporadas, y donde comenzó a coquetear con la cocaína, para centrarse en su paso por el Nápoles y su éxito en el Mundial de México en 1986 con sus dos célebres goles en cuartos de final contra Inglaterra. Para el recuerdo la mano de Dios y una de las jugadas individuales más bellas que se recuerdan en este tipo de eventos. Ya entonces había que distinguir entre el deportista y la persona.

En la ciudad italiana manifestó sentirse con en casa después de no haber ganado nada importante en Barcelona. A los pies del Vesubio era considerado prácticamente un Dios y llevó al equipo a ganar su único título continental, una Copa de la UEFA, y los dos scudettos que figuran en sus vitrinas. Tanto a él como a otros compañeros, especialmente el brasileño Careca, se les asoció con la camorra, si bien nunca pudo ser comprobado. Sí que existen fotografías con los Giuliano en un período personalmente convulso para el argentino debido a sus devaneos amorosos. Garantizaban la protección de las dos hijas del astro del estadio de San Paolo.

Casado con Claudia Villafañe, cuyas declaraciones en off están recogidas en este trabajo, además de periodistas y jugadores de la época como Ciro Ferrara, fue demandado por paternidad. Se debió a su aventura con Cristiana Sinagra. Tras negar repetidamente ese hecho, el ADN demostró la paternidad. Aunque padre e hijo se encontraron en varias ocasiones, y una de ellas aparece en el largometraje de Kapadia, el futbolista nunca reconoció a su hijo: Aceptar no es reconocer, afirmó en más de una ocasión. Sus devaneos fueron casi constantes. Hay muchas mujeres guapas y yo no soy ningún santo, llegó a decir. Se le fue la mano en otras ocasiones, aparte del celebérrimo gol.

El trabajo del cineasta londinense es muy efectivo, aunque no aporte muchas más cosas de las ya conocidas. Ciertamente, condensar la vida de Maradona en poco más de dos horas resulta una tarea difícil, aunque entendemos que ha elegido el camino más trillado, el más popular. Hay muchas grabaciones inéditas, pero se pierden en el conjunto, acelerando al final. Se detiene prácticamente cuando se consideraba a sí mismo como un preso atrapado en la jaula de oro del Nápoles. Estaré aquí hasta que el presidente Corrado Ferlaino quiera. Fue sancionado por dopaje durante quince meses, lo que le permitió fichar por el Sevilla, aunque los napolitanos acudieron a los tribunales. Ese hecho ya no lo recoge el documental, que se cierra con escasos planos de un Maradona obeso, espeso y desmejorado.

Se habla de él como un Dios sin recoger los actos de la Iglesia Maradoniana, fundada en Rosario el 30 de octubre de 1988, el mismo día que el futbolista cumplía 28 años, y que cuenta en la actualidad con unos doscientos mil seguidores. Está bien acotar una biografía tan extensa y con tantas vertientes como ofrece este personaje. Sin embargo, los referentes más importantes son aquellos que el forofo del fútbol conoce al dedillo. Se relatan hechos, nunca consecuencias y casi siempre el autor se queda a medio camino. Es un buen acercamiento a Maradona por mucho que no sea el mejor que se pudo haber confeccionado. No defrauda, pero tampoco sorprende ni impresiona.