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El hotel a orillas del río (Gangbyub Hotel ) (***1/2)

28 agosto 2019

El equilibrio de la vida

Un poeta que tiene la extraña sensación de que su muerte está próxima programa una reunión con sus dos hijos. Al mismo establecimiento llega una joven que ha tenido un desengaño amoroso y llama a una amiga para que le consuele. Una nevada y el río ejercen de catalizadores entre ambas historias.

Es difícil explicar cómo es esta película del coreano Hong Sang-soo, que arrasó en el palmarés del Festival de Gijón y se llevó el premio de mejor actor en Locarno. La reflexión y el intimismo son las características principales de una producción que recuerda al mejor Ingmar Bergman. Usualmente los personajes femeninos presiden sus historias, aunque en esta ocasión cede el protagonismo a un hombre. De todas formas, no se olvida de Kim Min-hee, su compañera en la vida real y gran estrella de su país, Corea del Sur. El rol de la ganadora del Oso de Plata en Berlín le servirá a la vez de contrapeso y de complemento.

La acción, por llamarla de alguna manera, transcurre en un hotel instalado a orillas del río Han. Allí se hospeda un poeta llamado Gi Ju-bong -Ki Joo-bong- quien ha llamado a sus dos hijos para reunirse con ellos puesto que considera que su muerte está próxima. No tiene ningún síntoma ni se siente mal. Únicamente se trata de una premonición. Los dos vástagos son muy diferentes. El mayor, Joo, se parece a él, tanto en el aspecto físico como en su forma de actuar. El pequeño, Kwon, un valorado director cinematográfico, es alto como su madre, a quien el protagonista abandonó cuando éste todavía era muy pequeño lo que provocó un evidente distanciamiento entre ambos.

Mientras espera se fija en otra clienta. Se trata de A-Reum, una mujer con una herida en la mano que pasea por las afueras en un día gélido. Ella sufre por un amor roto y ha llamado a una amiga, Yeon-Joo, para que le ayude a superar la crisis. Al día siguiente de su llegada, la nieve cubre todo el paisaje y sobre ella entablan la primera conversación el poeta y las mujeres. Esas imágenes son equivalentes a las vistas en el anterior filme del cineasta, En la playa sola de noche. El rodaje en blanco y negro y las oscuras vestimentas de los personajes todavía le permiten destacar más a las imágenes de Kim Hyeong-Gyu.

El encuentro del padre y los hijos sirve para repasar las relaciones familiares, con sus secretos y las consecuencias de diversos actos. Ellas hablan de la amistad y de las situaciones de pareja. Todos los hombres son malos a excepción de la pareja de Yeon-Joo. Son conversaciones con unas líneas de diálogo que se antojan repetitivas por momentos. Incluso, puede dar la sensación de cierta improvisación, pero suponer eso sería lo más parecido a un sacrilegio en el caso de Hong Sang-soo.

Los hechos se desarrollan en el hotel y en sus exteriores hasta que en la parte final los cinco personajes coinciden en un restaurante. Cualquier idea que tenga el espectador sobre la interacción entre ellos seguramente estará equivocada, pero mantiene la línea y la lógica de un conjunto lleno de encanto sin apartarse un ápice. Una puesta en escena delicada y equilibrada para un desarrollo aparentemente simple pero inequívocamente cinematográfico. Posiblemente, la mejor su autor hasta el momento. Solamente hay que disfrutarla desde el inicio, cuando el protagonista se levanta de la cama, hasta el último fotograma.

From → Cine

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