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Derribad al hombre (Blow the Man Down) (***1/2)

1 abril 2020

Conspiración de silencio

Las hermanas Connolly velan el cadáver de su madre acuciadas por las deudas y el temor ante un futuro que no será el que habían planeado. La pequeña, frustrada, decide salir de marcha y termina la noche con quien tiene todas las apariencias de ser un asesino y al que termina clavándole un arpón.

Una frase hecha, y muy popular, dentro del mundo del deporte hace referencia a que lo que pasa en el campo se queda en el campo. Lo que sucede en la pequeña localidad costera de Maine en la que se desarrolla esta historia se queda entre sus calles, el muelle y sus casas. Bridget Savage Cole y Danielle Krudy han escrito y dirigido una comedia negra que se entremezcla con el thriller. Muy al estilo de los Hermanos Cohen, pero con una personalidad propia y sorprendentemente inteligente para unas debutantes.

Unos marineros cantan el tema que da título al film, Blow the Man Down. Se trata de una canción popular de aires irlandeses en la que un coro replica a un solista. Probablemente, procede de cuando se pescaba a vela, y se basa en que una ráfaga muy fuerte de viento, unida al peso del cargamento, podría arrojar a un hombre al mar. Los pescadores ejercerán de una especie de coro griego que se encargan de separar unos capítulos imaginarios, al estilo de lo que hacía Woody Allen en Mighty Afrodita y que emplearon otros autores balcánicos, a la sombra de Emir Kusturica.

En la localidad donde se desarrolla la historia hay muchas circunstancias que les atañen, aunque sirvan para fomentar la moralidad o para tapar trapos sucios. La muerte de Mary Margareth Connolly, una emprendedora local deja huérfanas a Priscilla -Sophie Lowe- y Mary Beth -Morgan Saylor-. La mujer ha dejado una serie de deudas por las que las chicas perderán la casa y la hermana pequeña verá truncado su sueño de ir a la Universidad después de haber pasado un año en blanco. Al enterarse de la situación económica decide abandonar el velatorio e irse de marcha.

En un bar entabla conversación con un tipo llamado Gorski -Ebon Moss-Bachrach- y cuando se disponen a intimar ella encuentra en el automóvil indicios suficientes como para considerar a su acompañante un asesino. Huye, y en el momento en que siente el aliento de su perseguidor le clava un arpón en el rostro y lo remata con un ladrillo. Al amanecer llega a su casa desencajada y compromete a Priscilla para que oculten el cuerpo en un gran congelador y lo arrojen al mar. Esa acción nos ayuda a comprender los personajes principales de una narración firme, apoyada en una interpretación en la que cada intérprete ofrece lo mejor de sí mismo y en una lustrosa fotografía de Todd Banhazi.

Cuatro mujeres entradas en año cobran protagonismo. Tres se presentan como las más puritanas -Marceline Hugot, Annette O’Toole y June Squibb-, aunque en su día dieron el visto bueno para ubicar en el pueblo una casa de citas junto a la fallecida y Enid Nora Devlin -Margo Martindale-, quien todavía sigue con el negocio y a la que detestan tras haber renegado de él. Paralelamente, aparece el cadáver de una de las muchachas que trabaja para Enid, lo que lleva a rebelarse a su amiga y compañera Dee -Meredith Holzman-. Tenemos dos asesinatos, antiguas rencillas que afloran y dos policías. Uno de los cuales, el más joven e inexperto -Neil Odoms- está interesado por Priscilla.

Mimbres que parecen algo complejos sobre el papel pero que, a través de un guion espléndido, se hilvanan con precisión y mantienen fijo el interés. La radiografía de la pequeña localidad costera es magnífica, como también lo es la disección que se efectúa del ambiente de un pueblo en el que todos se conocen desde hace años y saben de sus virtudes y sus flaquezas. Cambiar lo necesario para que todo siga igual.  El puritanismo fariseo se antepone al realismo convencional. Los marineros necesitan desfogarse después de las duras jornadas en el océano y parece que un prostíbulo es el sitio ideal. Bien lo sabe el policía veterano -Skip Sudduth-.

La parte del muelle se conoce como el desierto. Allí se apilan las nasas y las cajas de pescado. Se sabe que existe y que se necesita, aunque se intente evitar o produzca rechazo. Sucede algo parecido con los personajes de este largometraje. De alguna manera, todos están interconectados entre sí. También cada cual tiene una carga pesada que soportar. Es posible que una fuerte racha de viento sirva para derribarlos por mucho que intenten asegurar firmemente su posición, incluso a base de un descarado postureo.

From → Cine

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