Saltar al contenido

Un cuento de las tres hermanas (Kız Kardeşler) (***)

24 noviembre 2020

Salir para vivir

Tres hermanas viven con su padre en una remota aldea de Anatolia durante los años 80 del siglo pasado. Las tres aspiraban a servir en la ciudad, donde podrían encontrar marido y tener una vida mejor. Por distintas circunstancias, vuelven a coincidir en su localidad natal y bajo el techo paterno.

La carretera es angosta y sin asfaltar. Es el único acceso a la planicie donde se encuentra una pequeña aldea de Anatolia a la que llega una joven con lágrimas en los ojos. Le dan el pésame a su padre, Sevket -Müfit Kayacan-. Ella es Havva -Helin Kandemir- y acaba de llegar de la ciudad porque el niño al que cuidaba falleció. En la Turquía profunda las muchachas sueñan con entrar al servicio de alguna familia en la gran ciudad para salir del ostracismo y la cárcel en vida que significa vivir en su localidad natal.

El cineasta turco Emin Alper, que en su día fue distinguido en el Festival de Venecia, narra una historia que tiene como referente Las tres hermanas de Antón Chéjov. Como los personajes de la obra teatral, sueñan con desplazarse a la ciudad. Las madres de las zonas rurales intentan que sus hijas entren al servicio de una alguna familia con posibilidades. De esta forma pueden ampliar sus horizontes y hasta conseguir una buena boda. En este caso, las tres mujeres son una especie de compendio de la Irina soñadora que deseaba ir a Moscú. Y no se trata de ecos del pasado. La acción tiene lugar hace menos de cuatro décadas

Sevket está viudo y, de repente, se vuelve a encontrar en su casa a las tres hijas. Havva por lo anteriormente descrito. Nurhan -Ece Yüksel- es más díscola y ha tenido problemas con la familia que la había acogido. La mayor, Reyhan -Cemre Ebuzziya- fue despedida por quedarse embarazada. Ahora es madre de un bebé mientras su marido, Veysel -Kayhan Açikgöz- demuestra sus escasas luces. Un episodio inicial en el que pasa miedo mientras cuida de las ovejas por la noche da muestra de su apocado carácter.

La jerarquía se impone. Veysel solicita a su suegro que le deje su habitación al matrimonio porque ellos deben compartir estancia con la recién llegada Havva, pero el viejo no accede. El marido quiere ejercer su derecho al matrimonio como sea, en una exposición de las costumbres y rangos que están establecidos en la zona. Con la llegada de la tercera hermana, se establece un vínculo común basado en el deseo de salir de la aldea.

Ankara es nombrada de pasada. No obstante, el sueño de las tres continúa vigente. Sobre todo, cuando se reúnen en torno al fuego del hogar. Es como si quisieran contar sus propias historias. Cuentos o leyendas que en este caso resultan más pragmáticos. Hablan sin tapujos y lo mismo expresan sus deseos que comentan sobre los genitales masculinos. La llegada de un médico que requiere los servicios de una mujer para cuidar a sus hijos malcriados proporciona un halo de esperanza.

El hombre lleva a la segunda hermana de vuelta a casa porque ha osado reprender a los niños. Las posibilidades vuelven a estar abiertas y con ellas las rivalidades. Al fin y al cabo, los hombres quedan en un segundo plano. O son intransigentes o resultan tontos útiles. El patriarcado no exime que las hermanas lo obvien con sus ensoñaciones y sus deseos.

La propuesta es de una belleza formal exquisita, pero el relato a veces va a trompicones. Se para en algunos instantes y es una rémora para seguir una película con una envoltura absorbente y pasajes realmente deliciosos. Por momentos Emin Alper controla perfectamente el tempo, mientras que en otros pasajes parece deleitarse en exceso con sus encuadres y la tensión que, en ocasiones resulta brillante.

Las pretensiones del film son más ambiciosas de lo que en realidad ofrece y algunas de sus metáforas se nos antojan reiterativas o pasadas de fuerza. En todo caso, se trata de un bello relato de tres mujeres que parecen condenadas, sin apenas más futuro que el de sus propios anhelos. El realismo que propone se da la mano con un triste cuento cuyo final en ningún momento quiere entroncarse con la tradición de la literatura infantil en que las mujeres, sean princesas o plebeyas, se encuentran con su príncipe encantador.

From → Cine

Deja un comentario

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.