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Iré donde tú vayas (J’irai oú tu iras) (**1/2)

28 noviembre 2020

Bajo el influjo de Céline Dion

Vali y Mina son dos hermanas completamente opuestas y distanciadas. Aquella es cantante y soñadora, la segunda es terapeuta y racional. Su padre, que les oculta su grave enfermedad, encuentra la oportunidad perfecta para que se acerquen cuando una ha de llevar a la otra a una audición en París.

La tercera película como directora de Géraldine Nakache es también la primera en solitario, sin la participación tras las cámaras de Hervé Mimran. Nuevamente, ha escogido a Leila Bekhti para que comparta el protagonismo y ambas interpretan a dos hermanas opuestas y distanciadas por la evolución de sus profesiones. Vali -Nakache- es una cantante soñadora y emotiva. Todo lo contrario de Mina, una terapeuta racional y distante.

El comienzo de Iré donde tú vayas no resulta subyugante. Es la presentación de los tres personajes principales. Mina trabaja ayudando a los mayores con claros síntomas de deterioro cognitivo. A su hermana la conocemos cuando remeda con su grupo a Céline Dion durante una boda en el tema que da título al film. El mismo que la cantante nacida en Canadá hizo popular en su día junto a Jean-Jacques Goldman. Quien fuera una estrella adolescente en su país natal será un referente durante toda la proyección.

El otro personaje principal es el padre de ambas, Léon Gasmi -Patrick Timsit-, un popular pastelero de Nantes al que se le diagnostica un tipo de cáncer que necesita radioterapia lo que en principio rehúsa. Tampoco quiere informar a sus hijas de la gravedad su estado, pero lo cierto es que se presenta una oportunidad magnífica para que ellas puedan acercarse. Vali debe ir a París para una audición en la que buscan mujeres que formen parte del coro en la gira de Céline Dion.

A partir de que las dos hermanas se reencuentren la película gana muchos enteros. Si bien la puesta en escena de Géraldine Nakache no propone riesgo alguno y se muestra bastante convencional, es en la radiografía humana donde consigue sumar más puntos. Con tintes más próximos a la comedia que al drama, el guion entra a conciencia en la personalidad de los protagonistas, especialmente de las chicas. Muestra con sutileza las fachadas de cada una y también lo que se encuentra en sus profundidades.

El resultado muestra que las dos puede que no sean tan divergentes y que, en su interior muestren un negativo de lo que en realidad aparentan. Tanto ellas como su padre han de vencer un estadio que no parecen controlar, el de la soledad. Se lleva a cabo de manera más bien tierna, sin artificios. En esto hay una sutil diferencia con los anteriores trabajos del tándem Nakache-Mimran, donde aspiraban a metas tan difíciles de alcanzar, aunque mucho más lejanas, casi pertenecientes a otros.

La historia es sencilla y la película no le anda a la zaga. Se valora más lo que se dice que como se cuenta. El desenlace no se aparta de la comedia dramática habitual. Si bien es esperado, se llega a él de una forma consciente después de indagar en el interior de sus protagonistas. No excluye para que haya secuencias que brillen gracias a la confluencia de historias humanas y a una puesta en escena más atrevida, como es el caso de las audiciones. Probablemente, la cima artística de esta producción.

El dúo protagonista vuelve a hacer gala de una excelente compenetración. Encarnan con efectividad a dos mujeres en apariencia muy distinta, pero con más proximidad de la que ellas se piensan. La réplica de Patrick Timsit es adecuada. Un actor veterano y eficiente al que, personalmente, vemos más a gusto en el drama y en la intriga que en la comedia.

From → Cine

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