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La mujer que escapó (The Woman Who Ran – Domangchin yeoja ) (***1/2)

14 julio 2021
La mujer que escapó

Entre el reflejo y la experiencia

Mientras su marido está en un viaje de negocios, Gam-hee queda con tres mujeres a las afueras de Seúl. Primero visita a dos amigas en sus respectivas casas y después se encuentra por medio de una casualidad forzada con una antigua conocida en un cine. Pero ¿quién es la mujer que huye y por qué lo hace?

El cineasta Hong Sang-soo posee un estilo muy particular. Es pausado y entra en la psique femenina casi sin que nos demos cuenta. Su plano preferido es poner a dos de sus personajes frente a frente, una a cada lado y recurre al zoom cuando desea mostrar alguna de sus reacciones. Son trabajos minimalistas, pergeñados a fondo y, a pesar de que tenga detractores, no por ello ese tipo de propuestas se queda reservado a un gueto minoritario.

El autor de The Day After y En la playa sola de noche mantiene su línea y su calidad con esta nueva propuesta galardonada en el Festival de Berlín con el premio a la mejor dirección. Se podrá decir que, como otros genios del séptimo arte, cuenta historias semejantes en cada una de sus películas. Lo hace con esa mirada penetrante que la hace atractivo. Sin darnos cuenta nos atrae y entramos de lleno en su propuesta pese a que, en un principio, parezca que va a suceder lo contrario.

Dos años después de La mujer a orillas del río nos traslada a las afueras de Seúl. La cámara se centra en Gam-hee, interpretada por Kim Min-hee, compañera y musa del director. Va a visitar a una antigua amiga y lleva como presente un trozo de carne que la compañera del piso cocinará en cuanto llegue. En esta primera conversación, al igual que con su siguiente cita, conoceremos detalles y los motivos, aunque no todos, de esa mini gira inesperada.

El personaje central lleva cinco años casada y es la primera vez que se separa de su marido. Siempre le ha acompañado en los viajes de negocios, pero en esta ocasión se trataba de una breve estancia fuera y ella aprovecha para visitar a un par de buenas amigas. Afirma que su esposo está convencido de que el verdadero amor consiste en que los amantes estén siempre juntos. Es la idea del hombre, porque Gam-hee no se manifiesta. Escucha, y en ningún momento sabemos su opinión.

Es posible que extraiga las consecuencias que considere oportunas, que acumule experiencias a través de las conversaciones y las inquietudes de sus amigas. Tal vez, sea su propio reflejo el que ve en las demás, y que nos formemos una idea de su personalidad a través de unas posibles conversaciones consigo misma. He ahí la delicadeza y el misterio que emana esta producción pequeña y sin embargo enormemente profunda.

Su última parada es un encuentro no tan casual con la actual compañera de su ex novio. Hay un breve pasaje entre los tres, aunque sobresale las conversaciones con quien fuera su amiga, trabajadora en un cine-café al que la protagonista va a ver una película. Es el momento del perdón y la culpa. Anteriormente, la presencia de otro hombre, presuntamente acosador, hizo que otra mujer se arrepintiera de haber tenido una aventura con su vecino.

Los varones apenas tienen importancia, pero resultan fundamentales. Porque si su presencia es mínima, siempre están presentes en las conversaciones o en los actos que se relatan. De esta manera nos hacemos una idea de como es Gam-hee, de lo que busca; mejor dicho, de lo que huye. Otra clave nos la puede proporcionar la película de la que es espectadora. Un fotograma que provoca en ella un determinado sentimiento.

Aunque se echa en falta alguna pincelada de humor o de distensión, Hong Sang-soo se gusta con sus planos secuencia. Se acerca al arte verdadero y su planificación resulta inobjetable. Después de dos docenas de películas, sus películas parecen flotar en la pantalla. Maximiza el minimalismo y, gracias a su talento, nos hace cómplices de sus propuestas.

From → Cine

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