Años de sequía (The Dry) (***)

Un regreso mal visto

Un policía regresa a su ciudad natal para enfrentarse a los demonios de su pasado. Lo hace para asistir al funeral de quien fuera su mejor amigo quien, presuntamente, se ha suicidado después de dar muerte a su esposa y a su hijo mayor. La familia del fallecido le pide que se quede para investigar el caso.

Basándose en el best seller de Jane Harper, el australiano Robert Connolly ha orquestado un drama policiaco intenso y con un ritmo justo. La película más interesante hasta la fecha del responsable de La conspiración Balibo -2009- y la mejor actuación de Eric Bana en mucho tiempo. Es quien encarna a Aaron Falk, un policía que regresa desde Melbourne a su pueblo natal, Kiewarra, para asistir al funeral de su amigo Luke. Presuntamente, se suicidó después de dar muerte a su esposa y a su primogénito.

Los padres del fallecido le piden que investiguen los hechos y acepta a regañadientes quedarse un día más para, según todos los indicios, dar una pequeña vuelta a un caso cerrado. Da pie a que Connolly nos muestre los campos secos, un paisaje flagelado por la ausencia de agua y una comunidad tan seca como los polvorientos caminos. De todas formas, su regreso no es muy muy del agrado de algunos convecinos, quienes todavía sospechan que él encubrió a Luke en la muerte de Ellie, una joven sucedida dos décadas atrás.

Con la ayuda del sargento local, Raco -Keir O’Donnell-, traumatizado por haberse encontrado por primera vez con las secuelas de una muerte violenta, Falk escudriña unos papeles. Gracias a ellos entiende que no todo es tan meridiano en el suceso como se ha dicho. Además, no hay datos de que Luke tuviera entre sus pertenencias el arma homicida. Las pesquisas le llevan hasta el instituto local, donde trabajaba Karen, la esposa de su amigo, y allí se encuentra con Gretchen -Genevieve O’Reilly-, una vieja amiga.

Tanto ella como Ellie, Luke y Falk eran inseparables siendo adolescentes hasta que encontraron en el río el cuerpo de la chica y se desataron las especulaciones en Kiewarra. Especialmente los familiares de ella no perdonan y aún mantienen el resentimiento fraguado en aquellos días. Por eso se alegran de la muerte de Luke y ponen su proa contra el policía llegado de Melbourne. Aquel suceso de antaño favorecen unos flashbacks bien encajados que aportan detales sustanciales para el espectador, aunque nunca descubran demasiado.

El drama policial va dando paso a un thriller interesante. La verdad de los hechos se va desgranando paulatinamente hasta llegar a un desenlace muy bien orquestado. Por el camino quedan diversas cuestiones, como amores secretos y sus consecuencias. Por ninguno de los asuntos tratados se pasa de puntillas. Todos tienen relación con una línea principal que, como el entorno y sus habitantes, es prácticamente yerma y difícil de tratar. Incluso Falk llega a unas conclusiones que pueden poner en entredicho la armonía de quienes siente más próximos.

Si Eric Bana encaja con el papel del policía de una gran ciudad que llega a su lugar de origen con una mancha en su pasado, hay otros roles que destacan en esa propuesta. Cada uno de ellos está muy bien dibujado y conforman una galería de personajes muy válidos, desde el punto de vista cinematográfico. Hay películas que llegan si gozar de una aureola importante y que, sin embargo, son capaces de reconfortarnos ante el celuloide. Es el caso de Años de sequía, una producción muy sólida. Su buen montaje respalda este film notable.