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Los siete magníficos (The Magnificent Seven) (**)

23 septiembre 2016

Poco después de la Guerra Civil, cuando un pueblo minero es dominado hasta el último detalle por un industrial, la viuda de sus víctimas decide pedir ayuda. Quien primero acepta el trabajo es un cazarrecompensas, al que se unen únicamente seis hombres más debido a los escasos réditos en comparación con el enorme riesgo que conlleva la empresa.

En 1960, Yul Brynner encabezó el reparto de un western mítico que, a su vez, se basaba en el largometraje Los siete samuráis, dirigido seis años antes por Akira Kurosawa. Aquella película de John Sturges dejó para la posteridad una magnífica banda sonora, solamente candidata al Oscar en aquella edición –la estatuilla fue para Éxodo-, a cargo de Elmer Berstein, así como tres secuelas y una serie de televisión basada en sus personajes. Más de medio siglo después se ha estrenado una revisión cuyo responsable es Antoine Fuqua, por lo que no resulta extraño que Denzel Washington y Ethan Hawke, con quienes consiguió su mayor éxito con Tranning Day, estrenada en 2001., aparezcan al frente del reparto.

El punto de partida es similar: un pueblo atemorizado por el villano de turno y una posible solución que pasa por contratar prisioneros profesionales, siempre más barato y seguro que comprar un sinfín de armas que no saben utilizar. El detonante, en este caso, es el asesinato a sangre fría de Matthew Cullen –Matt Bomer- a cargo del sanguinario industrial Bartholomew Bogue –Peter Sarsgaard-, quien controla la mina de oro adyacente y desea quedarse con todo el valle. La esposa del fallecido, Emma Cullen –Haley Bennett- es quien toma la decisión de salir del lugar en busca de ayuda.

La cantidad ofrecida no parece lo suficientemente atractiva. Aun así, un cazarrecompensas de disparo rápido y eficaz llamado Sam Chisolm –Denzel Washington- acepta la responsabilidad. Por unas u otras razones consigue que otros seis hombres le acompañen: Josh Farraday –Chris Pratt-, un jugador ventajista aficionado a los explosivos; Goodnight Roblicheaux –Ethan Hawke-, un francotirador; Jack Honre –Vincent D’Onofrio-, un rastreador; Billy Rocks –Byung-Hun Lee-, un asesino infalible con los cuchillos; Un fuera de la ley mexicano llamado Vásquez –Manuel García Rulfo-; y Red Harvest –Martin Sensmeier-, un guerrero comanche.

De alguna forma, a pesar de la presencia multirracial en el grupo, se mantienen las características de los personajes iniciales, aunque con algunos sesgos, que de manifiestan igualmente en el guion. En este caso, los vengadores acuden a Rose Krick, el pueblo en cuestión para eliminar a los esbirros de Bogue y mandarle a éste un mensaje inequívoco de que le están esperando, para la cual preparan diferentes trampas y aleccionan a los ciudadanos en el uso de lar amas. Los patrones más tradicionales del género se aúnan en esta versión, que incluye la venganza y la espera en la localidad de una fuerza muy superior en número y los tópicos más habituales, desde la cantina con un prostíbulo en el piso superior, a la exaltación de la amistad, pasando por el comanche muy hábil con el arco, la iglesia con su campanario y el antagonista acomodado pero sin entrañas.

En esta época donde las versiones de los clásicos suelen abrazarse a los efectos especiales para solventar la escasa originalidad, esta propuesta es un digno remake, aunque no servirá para revitalizar un género que ha dejado escasos pero mejores ejemplos en los últimos años. Podría decirse que el western siempre está ahí, pero necesita de obras mejores para no tener que añorar tanto a los clásicos. Fuqua ha dirigido con interés pero con escaso sentimiento. Ofrece escasas novedades y escasas sorpresas, si exceptuamos los travelling utilizados cuando los forajidos avanzan a caballo hacia el pueblo. Tampoco destacan los componentes del reparto, que cumplen con corrección aunque sin alardes, especialmente Washington y Pratt, de quienes se podría esperar una entrega mayor. A cambio, se incluyen algunos elementos de humor que sí funcionan entre tanto disparo y tantos muertos. Al final, claro, no parece haber munición para todos. Tras la reyerta inicial, acude Bogue con más de doscientos hombres, y a ellos hay que sumar las innumerables bajas entre los colonos.

Si alguien está esperando el tema central compuesto en su día por Bernstein tiene que esperar hasta el final, y no hay siluetas de jinetes enarbolando su sombrero a contraluz. En la versión de 2016, la partitura es una obra póstuma de James Horner, que trabajaba en ella cuando falleció. Terminada por su discípulo, Simon Franglen, puede hablarse de una obra notable, pero no tan inspirada como uno de los temas clásicos más reconocibles del séptimo arte.

From → Cine

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