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Las apariencias engañan (Keeping Up with the Joneses) (-)

11 diciembre 2016

Los Gaffneys viven cómodamente en un barrio de las afueras de la ciudad cuando conocen a sus nuevos vecinos, los Jones. Una pareja espectacular, tanto en lo físico como en sus aptitudes. Cuando se destapan como agentes secretos que pretenden desenmascarar a una organización internacional, la vida de los protagonistas da un giro completo.

Hay que ver lo que ha adelgazado Zach Galifianmakis. Casi parece el hermano pequeño y más estilizado de John Goodman. No le ha hecho mejor actor. Podía habernos convencido un poco más como Jeff Gaffney, el director de recursos humanos de la empresa tecnológica BMI, capaz de convencer a casi todos con sus razonamientos. Está casado con Karen –Isla Fisher-, decoradora de interiores. Ninguno de los dos personajes, como sucede con el resto, son convincentes, y el guion con que se encuentra Greg Mottola –Supersalidos– era difícil que desembocara en una película de calidad.

Los Gaffneys son amigos de los Craveston.  Dan –Matt Walsh-, trabaja, como casi todo el vecindario, en la misma empresa que Jeff, aunque en la planta de investigación. La más secreta. Su esposa Meg –Maribeth Monroe- es la mejor amiga de Karen y en el barrio periférico donde habitan la tranquilidad es total hasta que aparecen unos nuevos vecinos. Los Jones. Tim –Jon Hamm- y Natalie –Gal Gadot- sin elegantes, atractivos y parecen hacerlo todo bien. Incluso el amor. Él es un escritor de viajes y ella consultora de medios sociales. Sin embargo, sus habilidades parecían mayúsculas en cualquier campo.

Lógicamente, los Jones esconden un secreto. No se trataba de un matrimonio ideal, como suponía Jeff, sino de dos agentes secretos que están tras la pista de una organización internacional dirigida por El Escorpión –Patton Oswalt-, cuyo verdadero nombre es Bruce Springstein, razón por la que quieren que le llamen Boss y no The Boss. Es uno de los mejores chistes de esta producción y con eso está dicho casi todo.

La historia, vista con anterioridad, podría y debería dar mucho más juego. Lo dio, por ejemplo, en Mentiras arriesgadas, y en el caso de Sr. Y Sra. Smith, sirvió para el lucimiento del por entonces matrimonio formado por Angelina Jolie y Brad Pitt. En este caso, la química brilla por su ausencia salvo en el caso de Joe Hamm y su compañera. El proyecto de alta comedia con mezcla de thriller y espionaje se queda en el rescoldo de lo que debiera ser una gran hoguera. La historia pretende centrarse en los cuatro personajes centrales, y todos parecen por debajo de sus posibilidades. Incluso el malo de turno, que ni hace gracia ni es un tipo aparentemente desdeñable.

Para agilizar el argumento, y hacerlo más lineal, a los hijos de los Gaffneys se los manda de campamento a las primeras de cambio, y el pretexto de mostrar las destrezas de los Jones es una curiosa fiesta que mezcla el mes de junio con la exaltación de la cerveza artesana. Luego, cuando Jeff y Karen se encuentran en el centro del huracán de la misión de espionaje, ya que tienen que ejercer de cebo, la puesta en acción tampoco refleja la tensión esperada.

El resultado es una comedia que va a tirones, que por momentos arranca alguna sonrisa pero que en absoluto alcanza sus expectativas. Ni consigue la suficiente sofisticación como para interesarnos ni la trama muestra los exigibles pasajes de originalidad que pudieran atraernos. Para el protagonista de Mad Men no supone el respaldo necesario en la gran pantalla, ni Zach Galifianmakis reverdece viejos laureles, aquellos por los que se dio a conocer gracias a Resacón en Las Vegas.

From → Cine

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