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Your Name (****1/2)

6 abril 2017

Aunque separados por el tiempo, dos jóvenes, Taki y Mirusha, descubren que sus cuerpos se intercambian durante el sueño y comienzan a comunicarse mediante notas. Nunca llegan a escribir su nombre, pero a medida que superan retos, su vinculación se hace más patente hasta desembocar en amor.

Es muy difícil contar la sinopsis de esta película. Por cualquier lado que la tomemos, su argumento nos parecerá una historia romanticona tirando a cursi, una tragedia amorosa que deberá satisfacer plenamente a quienes disfrutan y sufran con amores prohibidos. Además, parece un contenido descabellado para una película de animación, género que suele recurrir a la acción o, cuando menos, a un dinamismo mayor de lo habitual para evitar que sus puestas en escena sufran ralentizaciones propias de su clase.

Pues bien, a pesar de todo ello este film se convirtió en el anime más taquillero de la historia de Japón y se llevó varios premios internacionales, como el mejor film de animación por parte de los críticos de la ciudad de Los Ángeles o la nominación a los Satellite Awards. Algún mérito tendrá que tener cuando se asegura el éxito de público y crítica en varios continentes. Y de verdad que tiene alicientes más que atractivos esta puesta en escena de Makoto Sihnkai a partir de una novela escrita por él mismo. El colorido de sus imágenes y el buen desarrollo del guion ya resultan convincentes, apoyados por una banda sonora firmada por el grupo japonés Radwimps. Esto último ya muestra otra diversidad dentro del género.

Mitusha Miyamizu es una estudiante de secundaria que vive en una localidad rural, Itomori. Educada por su abuela, tras la muerte de su madre, ansía vivir en Tokio y no está en nada de acuerdo con su padre, el alcalde del lugar. Tiene una hermana, Yotsuha, y cuenta con dos muy buenos amigos y compañeros, Katsuhiko Teshigawara y Sayaka Natori. En la capital vive y estudia Taki Tachibana, que trabaja a tiempo parcial en un restaurante italiano, al igual que Miki Okudera. Entre ambos parece existir una mutua atracción. Taki Se muestra amable y bien intencionado, pero su mal genio es igual de evidente. Mitusha es directa y segura de sí misma. Introducida por su abuela en las costumbres ancestrales, crea un santuario kuchikamizake, en el que se debe depositar un tipo de licor alcohólico amargo extraído por la fermentación del arroz después de masticado.

Como si de un hilo rojo que se tratase, ambos muchachos están únicos entre sí. La diferencia es que les separan tres años y la muerte. Durante el sueño, uno ocupa el cuerpo del otro y viceversa. Finalmente, son conscientes de la situación y se van aproximando hasta que se crea un vínculo afectivo difícil de romper. Se buscan, pero no pueden encontrarse, aunque el crepúsculo parece favorecer su encuentro que llega finalmente y se desvanece casi de inmediato. Deciden legarse sus respectivos nombres en las palmas de sus manos. A ella no le da tiempo. Él solo escribe te quiero.

La literatura y el cine están salpicados de historia de amores imposibles, en los que ambos protagonistas sólo mantienen una relación física de forma efímera. El tiempo o las normas de su civilización se lo impiden. Ejemplos como Un amor entre dos mundos, donde el amor estaba separado por dos gravedades diferentes, o Lady Halcón, donde los amantes se transformaban en animales. Ella era un halcón por el día y él un lobo por la noche. Hay elementos diferenciadores en este caso.

En el caso de la propuesta de Shinkai encontramos un más difícil todavía, ya que Taki y Mitsuha están separados por tres años y ella parece encontrarse en la lista de fallecidos como consecuencia de los efectos de la caída de un cometa sobre Itomori. Pero ambos están enamorados y se buscan. El chico viaja a la pequeña localidad ahora en ruinas y bebe el kuchikamizake porque entiende que ella debe rondar por el santuario. Tiene que advertirle que el cuerpo celeste se fraccionará y llevará la destrucción de los suyos, al tiempo que ella tendrá que convencer a su padre, el alcalde, y al resto de habitantes de que huyan a sus casas y se pongan a salvo.

Una historia de amor en el tiempo que podría haber firmado desde Alfred Hitchcock a Douglas Sirk, pero que parece un compendio de ambos. Una obra magistral, donde las líneas rectas adquieres carta de naturaleza pero que también admiten las curvas como consecuencia lógica de lo antagónico. Sucede con la equiparación del medio rural y la ciudad, con sus abigarrados escenarios, trenes en múltiples vías, frenesí de sus habitantes. Se contraponen con la paz, el bucólico tono visual y el atractivo colorista del campo. Las puertas que se cierran a través de los raíles, y que bien se corresponden con las  de los hogares, el tren, el metropolitano o los ascensores, resultan claves. Claves de identidad del film, elementos necesarios para marcar situaciones y un hallazgo más en esta producción subyugante que debe fascinar a todo tipo de público.

From → Cine

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