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Capitán Calzoncillos, su primer peliculón (Captain Underpants: The First Epic Movie) (***1/2)

9 junio 2017

Dos escolares traviesos que han creado un personaje de ficción hipnotizan al director del colegio, un tipo taciturno y especialmente represor. De esta forma accidental lo convierten en el protagonista de sus historias, y deberá enfrentarse a un villano encarnado por un nuevo profesor de física del colegio a quien ayuda el empollón de la clase.

La mayoría de los Súper héroes parece que van en ropa interior, por eso está muy bien que este nuevo paladín aparezca en gayumbos. Cuando el planeta Calzoncilandia está a punto de desaparecer, por medio de un tirachinas y su ropa interior, sus cabezas visibles lanzan a su primogénito al espacio, que llega a la Tierra para ser criado por unas focas y desarrollarse rápidamente. Sí, el paralelismo con Superman es evidente, pero el relato forma parte de la inventiva de dos estudiantes, unos niños llamados Jorge Betanzos y Beto Henares que en una casa del árbol que tienen como estudio crean divertidas historietas gráficas.

En realidad, el autor de todo ello es Dav Pilkey, que ha escrito alrededor de quince libros de las aventuras del Capitán Calzoncillos a los que debemos unir el volumen con la historia de esta película, dirigida por David Soren. En ella se narran los comienzos de este héroe bastante estrafalario, gordo, calvo, tocado con una capa roja y que, gracias a la posibilidad de lanzar slips como si de la tela de araña de Spider-Man se tratase, dispone de un arma que puede causar estragos.

Beto y Jorge no paran de reírse, en su cerebro la parte destinada a la sonrisa ocupa el mayor espacio. No dejan de hacer fechorías buscando su diversión y la de sus compañeros, lo que trae a mal traer al director del colegio, el señor Carrasquilla, a quien le repatea no tener pruebas para culpar a los chavales. Las consigue durante una demostración de inventos de los alumnos para la que el empollón de la clase, Gustavo Lumbreras, ha preparado nada menos que diecisiete artilugios. Uno de ellos es una cámara oculta dentro de un oso de peluche que registra los movimientos de los protagonistas. La venganza de Carrasquilla es separarles de aula, lo que puede llevar a la pérdida de su amistad puesto que la distancia en el olvido.

De forma accidental, hipnotizan al director con un anillo encontrado en un paquete de cereales. Al chasquear los dedos se transformará en el Capitán Calzoncillos, aunque sin ninguna habilidad especial. Tan solo evidencia de pasión por combatir a los malos. A cambio, cuando le cae agua encina vuelve a su auténtico ser. Al revés que los Gremlins; al contrario también de los efectos que causa en las chicas la hipnosis según los libros de este personaje, puesto que hacen lo contrario de lo que se les ordena. Luego, aparece en escena el profesor Pipicaca, que cuenta con la colaboración de Gustavo Lumbreras para sembrar el pánico.

Con esta primera entrega, Dreamworks ha encontrado un personaje definitivo para sus productos de animación. Los convierte en más interesante el hecho de que todos los miembros de la familia pueden disfrutar con estas historias, ya que desde los más pequeños a los mayores encontrarán alicientes para disfrutar de una propuesta que, arrancando desde la escatología, pretender ser mordaz y crítica en algunos pasajes. Los niños se divertirán con los nombres de los personajes y las gamberradas de los dos críos protagonistas. Los mayores encontrarán aciertos en las llamadas telefónicas ofreciendo una gran cantidad de dinero a cambio de esperar, o en ese proyecto de héroe que todos llevamos en nuestro interior pero no sacamos por vergüenza, prudencia o sentido común.

La factura de imágenes a través del ordenador resulta atractiva y el guion es acertado, incluso con sus inodoros asesinos. Es novedoso que los malos de turno intenten eliminar la risa en los alumnos, convirtiéndolos a todos en una especie de fotocopias sombrías, aparte de algunos chistes inesperados en el guion en el que se pretende caricaturizar este tipo de producciones. Por fin, una película sin la sofisticación de Disney hecha para disfrutar toda la familia en conjunto. El aspecto más bajo es la música. Theodore Shapiro no ha conseguido canciones que calen rápidamente, aunque la adaptación de Freedom es muy acertada, y pierden todavía más cuando se interpretan en castellano.

Habrá más entregas. Incluso, se deja entrever durante los títulos de crédito. Suponemos que, paulatinamente, se irán incorporando características evidentes del personaje, como su grito de guerra, ¡Calzoncillércules!, los turbocalzones que le permiten desplazarse muy rápido, y las espinillas súper elásticas, que facilitan sus grandes saltos. Como Superman con la kryptonita, el Capitán Calzoncillos tiene su talón de Aquiles en el spray de almidón, fatal si cae sobre su ropa interior. Únicamente puede librarse y recuperar su elasticidad gracias al suavizante. Pero eso serán otras historias.

From → Cine

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