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El extranjero (The Foreigner) (**1/2)

26 diciembre 2017

El regreso del IRA

Un inmigrante chino ve morir a su única hija como consecuencia de un atentado en Londres. Lo reivindica una nueva rama del IRA, lo que pone en jaque a las autoridades británicas. El vice ministro irlandés se juega su prestigio y su futuro político entre amenazas del Gobierno central y las del hombre oriental, dispuesto a lo que sea por encontrar a los culpables.

El thriller político y el género de acción se entremezclan en esta nueva película de Martin Campbell, un cineasta acostumbrado a trabajar con propuestas de cine espectacular, incluidas dos entregas de la saga James Bond. En esta ocasión, parte de una novela escrita por Stephen Leather cuyo título original hace mención a uno de los protagonistas de la historia, el inmigrante Ngoc Minh Quan –Jackie Chan-, quien decide llegar como sea hasta los asesinos de su única hija. No es muy arriesgado afirmar que se trata de la mejor puesta en escena del director neozelandés.

Quan regenta un restaurante chino en Londres. Fue un operador de las fuerzas especiales durante la Guerra de Vietnam y huyó de su país junto a su familia, perdiendo a sus dos hijas durante la travesía. En el parto de Fan falleció su esposa y ahora ha visto como un acto terrorista terminaba con la vida de ella cuando visitaba una tienda en la que debía comprarse un vestido para la graduación. Quan revolverá cielos y tierras para dar con el hombre que puso la bomba y logra acceder al comandante Richard Bromley –Ray Fearon- jefe británico del comando anti terrorista y, una vez que el actor fuera reivindicado por una facción desconocida del IRA, al vice ministro irlandés –Pierce Brosnan-, a quien apremia y amenaza.

Liam Hennessy es el máximo representante político de Irlanda del Norte. Fue un miembro activo en su juventud aunque presume de no tener las manos manchadas de sangre. Tiene una amante –Charlie Murphy-, conocida por varios nombres ya que pronto la veremos formando parte del comando asesino. La esposa de Liam –Orla Brady-, con quien comparte techo pero nada más, culpa a su marido de su nula intervención cuando fue capturado su hermano, y se entrega sin reparos a su sobrino Sean Morrison –Rory Fleck-Byrne-, un ex ranger del Royal Irish y ex miembro de las Fuerzas Especiales del Reino Unido.

Sean ha regresado desde Nueva York reclamado por Liam para que localice a Quan. Por medio de artefactos caseros, el oriental no deja de intimidar al vice ministro. Se trata de avisos para que le ofrezca cuanto antes los nombres de los culpables del asesinato de su hija. Eso mismo desea el comandante Bromley y la ministra Katherine Davies –Lia Williams-. La reaparición del IRA pondría en entredicho el tratado de paz de Irlanda del Norte y aventura una nueva ola de actos terroristas indiscriminados. De momento, a la explosión en la boutique le ha seguido una segunda en un autobús londinense que ha causado doce muertos y el doble de heridos.

Lo que hemos descrito es la trama simplificada, porque hay otros muchos aspectos, como la presencia de un periodista significativo, las evoluciones del comando o los políticos norirlandeses que dejaron atrás las armas pero que intentan posicionarse a codazos cuanto más arriba mejor.  Por todo ello, la película se hace un poco farragosa, aunque lo más llamativo son las dos líneas de acción que propone. Por un lado, asistimos a una intriga política posiblemente trasnochada pero que resulta entretenida aun a pesar de algunos errores como el hecho de que Lian Hennessy vaya sin escolta a un pub donde se encontrará y besará públicamente con su amante.

La otra línea de actuación es la que tiene como protagonista a Quan. Ya sexagenario, Jackie Chan continúa responsabilizándose de sus escenas de acción. Es un maestro de la coreografía, el Gene Kelly de las artes marciales. Su aspecto físico no está para tirar cohetes, pero suple esa desventaja con algunos movimientos que todavía nos dejan con la boca abierta y con una actuación dramática destacable. Se enfrenta con el que, quizá, sea el personaje más difícil de su larga y comercial carrera, pero sale airoso del trance.

Queda la sensación última de que se nos ofrecen, al menos, dos películas en una. La intriga política da juego en sí misma, con un creíble Pierce Brosnan, acento irlandés incluido. También la persecución de Quan, aunque cada una por separado hubieran sido más vulgares. Curiosamente, Martin Campbell ha conseguido fraguar contra pronóstico esas propuestas. A veces, la hilazón es demasiado gruesa pero en otras funciona, aportando al film atractivo, cierto grado de originalidad y bastante confusión, especialmente en un desenlace precipitado.

From → Cine

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