Saltar al contenido

Angry Birds (The Angry Birds Movie 2) (***)

26 agosto 2019

Angry Birds 2 – El frío hace amigos

Una isla en la que habitan los pájaros y otra en la que moran los cerdos. También hay una tercera en la que residen unas águilas dispuestas a abandonar su territorio porque les invade el hielo. Su lideresa ataca a los residentes de las otras -nsulas, quienes no tienen más remedio que unirse para enfrentarse a un enemigo común.

Una década después de la aparición de esta franquicia creada para dispositivos móviles ya va por la segunda entrega en el celuloide. Thurop van Orman y John Rice se han esforzado por mantener las dos líneas maestras que caracterizan esta creación. Por una parte, debían asegurarse la calidad en la puesta en escena, máxime en un género en el que los avances técnicos obligan a más en cada nueva creación. Por otra, respetar el espíritu del original, con unas líneas no muy complicadas pero que no deberían de mostrarse como demasiado simples o elementales.

Los dos condicionantes han sido superados con éxito y, además, se ha mantenido el nivel de diversión que imperaba en la primera entrega. Incluso, podríamos decir que se ha superado. Desde un punto de partida poco original, el efectismo más valioso está justamente en el desarrollo. Cuanto más avanza la película más se desmelena lo que, contrariamente a lo que pudiera suponerse, redunda en su beneficio. En los momentos más increíbles, en aquellos donde más se pasa de la raya, es cuando más nos gusta, aun a pesar de algunos golpes más chabacanos que hacen las delicias de los más pequeños y no tanto de los mayores que los acompañan.

Para ellos hay otros alicientes, como descubrir y entretenerse con los guiños que los guionistas han incluido de sagas muy reconocibles, como James Bond y Misión imposible. También hay referencias a títulos populares de la talla de La gran evasión, Rocky o Los cañones de Navarone. Los protagonistas han de destruir una gran arma lanzadera al igual que sucedía en el film ubicado en plena Segunda Guerra Mundial. En este caso, está situado en la cumbre de un volcán y también se presenta poco menos que inaccesible.

Los hechos se inician al término de la primera parte. Todos, en la isla de los pájaros que no pueden volar, celebran a Red, cuyo carácter parece haberse amainado por mucho que le sigan recomendando tratamiento de terapia. Su victoria le ha reconciliado con los suyos y él se muestra bastante más tranquilo. La calma se rompe y no porque los habitantes de la isla de los cerdos vuelvan a las andadas, sino porque existe una tercera isla. En ella habitan aves rapaces encabezadas por un estrafalario personaje de plumaje rojo llamado Zeta.

Este personaje se muestra hasta el penacho del hielo con el que habitan y, gracias a un cañón, lanza bloques de hielo a los cochinos y después a los pájaros, lo que desemboca en una alianza entre los viejos rivales. Es cuando entran en acción personajes nuevos y otros ya conocidos, como Chuck, Leonard y Bomb. Entre ellos, emerge la figura de Ethan Mighty Eagle, una apocada ave de rapiña que en su día fue novio de Zeta, lo que produce un encuentro entre ambos que llega cuando el largometraje está ya inmerso en su mejor nivel.

Quizá el guion no tenga demasiado que ver con lo los argumentos siempre pobres de los videojuegos, y aunque no busca demasiadas complicaciones, se completa con acciones colaterales y elementos imprevisibles, incluido un submarino. Un disfraz de águila troyana significa una vuelta de tuerca al caballo de Troya. Tres crías encuentran otros tantos huevos en una pequeña isla sostenida por una pitón. Las aventuras que suceden con ellos, incluida una secuencia antes de los créditos finales, recuerdan en cierto modo a los sufrimientos de la ardilla y su bellota en la saga Ice Age.

From → Cine

Deja un comentario

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.