Amor en polvo (**1/2)

Del intercambio al flechazo

Un matrimonio que no pasa por el mejor momento de estabilidad decide iniciarse en el intercambio de parejas. Para ello contactan con un par de amigos: una mujer muy liberal que ejerce de guía turístico, y un ejecutivo que vive en Londres. La cita para iniciar la propuesta es en un bar.

Dicen los entendidos en los intercambios de parejas que, entre las reglas por las que se rige esta iniciativa, figuran la de no llevarlo a cabo cuando se está en crisis ni tampoco hacerlo con otras personas que no mantengan una relación estable. Algo que no cumplen dos de los cuatro protagonistas de esta historia, ópera prima de Suso Imbermón y Juanjo Moscardó Rius. Un ejemplo más del nuevo cine que se hace en la Comunidad Valenciana y que, en este caso, supera con mucho la nota media de este tipo de producciones.

Blanca –Lorena López – y Pablo –Enrique Arce- han decidido llevar a cabo un intercambio de parejas. Han fallado algunos contactos y finalmente ella llama a su amiga Mía –Macarena Gómez-, una mujer libertina que presume de su actividad sexual sin cortapisas. Por su parte, Pablo contacta con Lucas –Luis Miguel Seguí-, un viejo conocido de su época de estudiante que trabaja en la City londinense. De esta forma, contravienen dos de las exigencias fundamentales en este tipo de acciones.

Los cuatro han quedado en un bar exclusivo para conocerse, pero antes de salir Blanca y Pablo afrontan una discusión nada baladí. Se plantean su relación, el amor que sienten el uno por el otro y hasta se tiran los trastos a la cabeza por cuestiones mucho menos importante. Por ejemplo, quien debe llevarse la Thermomix y otros objetos de mucho menos valor. Con su establidad hecha añicos, deciden no acudir a la cita mientras Mía y Lucas se conocen, entablan conversación ante la desesperación del camarero –Xavi Castillo-. Muestran sus dudas y sus obsesiones hasta que terminan haciendo el amor en los servicios.

Con un montaje bastante ágil se desarrolla lo que sucede con ambas parejas. La que parecía más asentada ve como sus miembros se distancias cada vez más, al contrario que la otra. Mía parecía dar mucho valor al sexo y nada al amor, pero de repente parece vacilar. Lucas está enamorado de otra mujer, alguien que está comprometida y con la que tuvo un breve encuentro. Desde entonces no ha tenido una relación estable.

Los responsables del film llegan a momentos álgidos, casi tórridos, en los que el sexo parece imponerse, aunque consiguen desenvolverse con elegancia, a la vez que sacan partido a los dos decorados en los que se desarrolla una historia que, a pesar de ciertos subrayados, consigue mantenerse a flote durante su hora y cuarto de duración. La factura técnica es notable y las dos protagonistas se muestran más que eficientes. Destaca Lorena López, que ya había dejado detalles de su valía en Asamblea, otra propuesta valenciana. La camaleónica Macarena Gómez, que también colabora con su parte alícuota en la producción, muestra un look distinto al de otros trabajos y lleva con astucia y profesionalidad buena parte del entramado que sostiene el film.

Los diálogos intentan ser certeros y lo consiguen en ocasiones. Hemos visto en los últimos años diversas historias sobre la descomposición de una pareja y ésta dista mucho de ser la más lograda. Se advierten, eso sí, los problemas de los cuarentones y la abulia sexual producida por la rutina, como bien se deja entrever en la secuencia de apertura. Si resulta explícita con respecto a lo que veremos después, mucho más lo será el colofón. No podemos hablar de una secuencia post créditos cuando, en realidad, se trata de diversas fotografía y algunas escenas cortas en las que se nos informa del devenir futuro de los cuatro protagonistas.

La que cierra el largometraje es la que provocará la última sonrisa. En realidad, se trata de una comedia que, en ningún momento, intenta ridiculizar las temáticas con las que juega. Ni el intercambio de parejas, ni la crisis matrimonial. Sus radiografías se vuelcan más en la atracción corporal y sus consecuencias sin que en ningún momento se traspase la línea del buen gusto ni llegue a escandalizar con sus frases más picantes. Sí sabemos que habrá un remake en alemán y que Estados Unidos, Francia e Italia se han interesado por la historia.