The Beast (Biseuteo) (**1/2)

Policías al estilo Gangnam

Dos policías rivales desde hace tiempo se encargan del caso de una niña encontrada con sus extremidades amputadas. Cuando parece que se ha atrapado al autor, uno de los detectives sospecha del otro, al tiempo que alguien insiste en que conoce la identidad del verdadero asesino.

Nos situamos en una pequeña localidad al sur de Corea, donde un par de policías, entre los que se encuentra Jeong Han Soo -Sung-min Lee- golpean sin piedad a un hombre desnudo y maniatado que había infringido anteriormente una paliza a Madame Oh -Kim Jo Jung-. Paralelamente desparece una joven estudiante, apenas una niña, hecho que causa gran conmoción en la zona. Finalmente, se descubre su cuerpo con las extremidades amputadas y dos equipos policiales, el encabezado por Jeong y el que lidera Han Min Tae -You Chea-myung- se hacen cargo de la investigación.

Ambos son enemigos desde siempre y cada cual se guía por métodos muy distintos, aunque en la base no difieren demasiado. Jeong se desplaza siempre al borde de la ley. Tanto, que no duda en encubrir otro crimen para obtener ventajas en su profesión gracias a las aportaciones de un confidente. Han parece más ortodoxo, pero alberga claras posibilidades de promoción y espera que cuando se resuelve el caso ocupe el lugar de su jefe, quien también aguarda un ascenso. Ambos se enfrentarán, no solamente en sus pesquisas, sino también físicamente durante el desarrollo de una acción que, en apariencia, puede parecer más corta de lo habitual, pero que a la mitad de las más de dos horas de duración ofrece un nuevo giro que aporta mayor interés a la trama.

Esta es la apuesta del guionista y director debutante Lee Jung-Ho. Una producción que intenta mantener en vilo al espectador con sus vaivenes y sus secuencias de brutalidad. Hay sangre, puñetazos por doquier, incluso a sangre fría, y hasta navajazos. Está claro que asuntos internos debe meter su nariz en la actuación de los dos detectives, pero también se incluyen deseos mórbidos, representados por otras dos mujeres, la patóloga Jung-Yeon -Un si-ha- y la enigmática Choon Bae -Jeon Hye-Jim-, así como las injerencias de cárteles de la droga chinos y tailandeses que incluye la desaparición de un alijo de doce kilos de droga. Idas y venidas constantes, una montaña rusa que encaja perfectamente con el estilo Gangnam que lanzó a la fama en su día a PSY, aquel intérprete regordete con gafas de sol, mucho ritmo y un baile bastante hortera.

Todos esos atributos se concentran en este remake basado en la película francesa Asuntos endientes -2004- y que a su vez remite a hechos reales. La versión coreana, con algunas deudas hacia Martin Scorsese, mantiene la complicación en su trama y también una atmósfera enrarecida y turbia. Casi podríamos decir que sucia. La primera mitad, más enmarañada y con picos y valles más significados, da paso a una continuación en la que prima el ritmo y donde apenas se concede descanso. La fotografía con tonos fríos de Joo Sung Rim ayuda a mantener ese ambiente prácticamente cerrado y tosco que se intuye desde el principio.

Al fin y al cabo, es la historia de dos rivales. La línea principal se enriquece con diferentes subtramas y una definición de personajes bastante coherente y práctica. No obstante, se advierten algunas lagunas. La principal es el pasado de los dos protagonistas, que el espectador tiene que ir conjugando a su manera hasta completar el puzle. Realmente, se trata de dos amigos a los que la lucha por el ascenso, apoyada en sus distintas personalidades, lleva a un enfrentamiento tal que les convierte en irreconciliables.

Los métodos de los dos detectives distan mucho de ser ortodoxos, aunque ellos lo consideren así a su manera. Jeong encubre un asesinato para descubrir otro, al tiempo que Han está dispuesto a encontrar los errores de su colega y a desenmascararle para cumplir un doble objetivo: librarse de él y conseguir su tan ansiado ascenso. Una ópera prima nada desdeñable, pero que dista mucho de otras propuestas coreanas llegadas últimamente a nuestras pantallas y que tienen a Parásitos como santo y seña.