Angelina Jolie, Anna Chancellor, Brenda Chapman, Clarke Peters, David Gyasi, David Oyelowo, Gugu Mbatha-Raw, J.M. Barrie, Jordan A. Nash, Keira Chansa, Lewis Carroll, Londres, Michael Caine, Thomas Goodridge
Érase una vez (Come Away) (1/2)

Érase una vez – Un cuento libre
Alicia, la del País de las Maravillas, y Peter Pan, el del País de Nunca Jamás, eran hermanos. La forma en la que llegan a convertirse en dos de los personajes más afamados de la literatura infantil es el epicentro de una historia que nos presenta a sus padres afectados por una espiral de degradación.
Es difícil de digerir, pero vamos a suponer que Alicia y Peter eran hermanos y que pertenecían a una familia interracial. Ellos no son blancos, lo que levantó críticas antes de su estreno, y los hechos sucedieron en la Inglaterra del siglo… Probablemente el XIX a tenor de los atuendos. Brenda Chapman –El príncipe de Egipto, Brave– dejó a un lado el mundo de la animación para contarnos una historia con actores de carne y hueso.
La narración corre a cargo de Alicia adulta -Gugu Mbatha-Raw-, que les cuenta a sus hijos lo que sucedió cuando tenía ocho años. Tuvo que escoger, al igual que su hermano, entre la imaginación y la realidad. Su madre, Rose -Angelina Jolie-, les leía cuentos cada noche a los pequeños David, Peter y Alicia. Su padre, Jack Littleton -David Oyelowo- intenta tapar sus deudas construyendo la réplica de un barco encargado por un hombre adinerado.
La imaginación de los chavales era frenética, pero un día que los dos chicos se enfrentaban a imaginarios piratas, el mayor -Reece Yates- se ahoga tras alcanzarle un rayo cuando estaba en el río. Peter -Jordan Nash- se inculpa del fallecimiento, puesto que estaba con él. Junto a Alicia -Keira Chansa- intentan restañar las deudas paternas, quien para entonces ha vuelto a jugar y a perder más dinero, al tiempo que su esposa se refugia en la bebida.
Llegados a ese punto, no entendemos casi nada. Puede que hubiera una historia original y buena en todo ello, pero el resultado está muy lejos de ese propósito. Los personajes de Lewis Carroll y J.M. Barrie están mezclados como si se hubieran colocado sin orden sobre un tablero. Se trafica, porque nos resulta difícil llamarlo de otro modo, con otros roles que hacen de Érase una vez un cuento libre y mal cohesionado.
Destaca la participación de Michael Caine -Charlie-, tan incomprensible como el hecho de que Jack deba dinero a su propio padre -Clarke Peters-, que no otro que el Sombrerero Loco, y que tenga un hermano codicioso y vengativo. En ese momento, dudo de si las intenciones del film son mezclar horror y fantasía o recurrir al drama para situarnos antes una historia imaginaria que pretende enmendar a los clásicos más que rendirles un homenaje.
Alicia se introduce por un árbol tras el Conejo Loco hacia el País de las Maravillas. Peter, con un espejo siempre colgando de su cuello, recibe la invitación de los Niños Perdidos de la Naturaleza para ir a Nunca Jamás. Churras con merinas, como la visión que la niña tiene de su madre convertida en Reina de Corazones. Su hermana, Eleanor Morrow -Anna Chancellor- ejerce como la mala del cuento.
Es la Reina Roja, que pretendía llevarse a David para estudiar en un colegio exclusivo y que, tras su muerte, pretende hacer de Alicia una señorita de alta sociedad bajo su recaudo. En la pantalla se entrecruzan, por tanto, personajes de distintos clásicos infantiles convertidos en un batiburrillo difícil de gestionar tal y como está planteado.
Uno piensa qué hacen en esta producción nombres tan contrastados como los Angelina Jolie, David Oyelowo y el mismísimo Michael Caine. Creo que ellos mismos deberían respetarse a sí mismos y no haber ejercido de meros comparsas en una historia que no reportará nada a su filmografía. Si acaso, el mayor valor haya que buscarlo en John Debney, autor de una partitura que intenta compensar errores.
Hay lugar para los efectos especiales, como una maqueta comprimida de Londres o unos dibujos que aparecen como por encanto. Tampoco hacían falta. No añaden nada a un conjunto que debiera empezar de cero otra vez o dejar todo como estaba antes de que a alguien se le ocurriera tan feliz destrozo. Sería la mejor solución.
From → Cine
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